La maravilla de aprender y el deseo de superación son imperecederos como el amor a la vida y a la libertad. No hay nada más placentero que compartir con otros los conocimientos adquiridos en las aulas e indiscutible escuela de la vida.
Cada día aprendemos algo del mundo y sus aconteceres, incursionamos en el campo de la historia y hechos destacados, recopilamos y analizamos páginas de escritores, cuyo estilo personal se aquilata en las fuentes de su inspiración. El hombre que escribe busca evitar que lo que ha aprendido se pierda en el abismo del tiempo y la memoria, por eso aprende, por eso escribe, por eso enseña. La civilización indiscutiblemente está en el hombre que escribe y en el hombre que lee, en el hombre que enseña y en el hombre que aprende. De allí parte la necesidad de que más que en extensión, los estudiantes deben ser ilustrados en profundidad.
Cada escritor tiene la libertad de organizar los párrafos en un escrito, sin atenerse al orden del complemento circunstancial; ejemplo: Antes de las 8 am a más tardar, todos deben estar presentes en sus fuentes de trabajo. Tajante y clara es la norma, A este tipo de coma se le llama sicológica.
Las redundancias son chocantes, ejemplo: Yo si me voy llueva o truene con mi morral de pajaritos azules. La oración debe ser así: Me voy llueva o truene con mi morral de pajaritos. Sobran yo, sí y azules; son explicaciones que no hacen falta. La oración determinativa no lleva coma. Otro ejemplo: Fue el rudo viento de otoño (cuando las hojas caían) el que se llevó todas mis ilusiones. Queda mejor: El viento de otoño se llevó mis ilusiones. En este tipo de ejemplos para poder redundar en lo que se quiera resaltar, es mejor usar el paréntesis en lugar de las comas; ejemplo: Las estrofas de aquel poeta encierran todo el azul del cielo, ciñe su frente con corona de inmortalidad, en cada verso regala a los vientos la lira de su flauta encantadora (une su flauta al coro de las linfas de la fuente) su musa halla un encanto en cada puerta (que se abre al paso de este ladrón de áureos pedazos de sol).
En cualquier escrito todos los signos de puntuación son necesarios, ya que son estos los que dan sentido a lo que se escribe.
Son de gran importancia ciertas expresiones que no llevan coma. Estas son: sino, si no, demás, de más, además. Además es más de esto o más de aquello, además no me gusta su charla vacía; de más está decirte que él no me atrae; no es suyo el triunfo es de los demás; mi sino (hado, destino, suerte) es perseguirte por siempre. La expresión sino se emplea como conjunción adversativa; ejemplo: Nadie lo sabe sino Rubén; si no es una conjunción condicional, adverbio de negación; ejemplo: Si no me entiende no aprenderá, si no es conmigo no va con nadie.
Las comas explicativas y redundantes equivalen al paréntesis que entre otros se usa en las referencias bibliográficas, en las fechas de nacimiento y muerte de personajes históricos: Simón Bolívar (1783-1830) no solo fue el más grande de los héroes, también fue poeta y filósofo. El punto es la culminación de un párrafo, una oración y final de un escrito.
Con frase broche de oro (con la que me identifico totalmente respecto a la misión de educar) cierro el presente artículo. La frase pertenece al profesor Gabriel Leandro Carreño y es esta: “Como educador no tengo grandes bienes que exhibir, pero cada día vivo el regocijo del deber cumplido”