Aún no pueden votar, pero decenas de niños se permiten opinar respecto al futuro del planeta, y muchos menores de edad a nivel nacional han estado demandando a gobiernos estatales y al federal en años recientes para presionar a que se tomen acciones en materia de cambio climático.
Ellos dicen que su generación pagará las consecuencias del calentamiento global y que el gobierno en todos sus niveles tiene una obligación de proteger los recursos naturales, incluida la atmósfera, como un «bien público» para generaciones futuras.
La organización sin fines de lucro Our Children’s Trust, con sede en Oregon, ha estado encabezando esfuerzos para presentar demandas o peticiones administrativas en cada estado y contra el gobierno federal. Algunos de los casos encabezados por niños han sido desechados, mientras que otros están pendientes de resolución en algunos estados, entre los que se encuentran Massachusetts, Pennsylvania, North Carolina y Oregon.
«Ninguno de ellos ha llegado a la meta final», dijo Michael Gerrard, un profesor y director del Centro Sabin Center por la Ley de Cambio Climático, de la Universidad de Columbia. «Es un asunto cuesta arriba. Hasta ahora las cortes estadounidenses no han querido establecer una política sobre clima».
Otros expertos dicen que no resulta claro cómo puede un estado combatir un problema global.
En Seattle, ocho activistas de entre 10 y 15 años de edad solicitaron el año pasado al estado de Washington adoptar regulaciones estrictas con base científica para protegerlos contra el cambio climático. El caso ha estado moviéndose en una corte estatal, y el martes se presentarán argumentos orales.
«Nosotros somos quienes tendremos que vivir con ello si los océanos son ácidos y el planeta es cinco grados más caliente», dijo Gabriel Mandell, de 13 años y alumno de octavo grado, quien es uno de los demandantes en el caso. «Las zonas con acumulación de nieve se están derritiendo; el océano se está acidificando; la Tierra se está calentando; todo lo que puede salir mal está saliendo mal, y necesitamos arreglarlo», agregó.
Mandell y otros niños representados por el despacho jurídico sin fines de lucro Western Environmental Law Center argumentaron que el estado de Washington ha fracasado en la disminución de emisiones de gases de efecto invernadero con base en la mejor ciencia disponible. Dicen que el gobierno ha faltado a sus deberes establecidos por la Constitución estatal y el principio jurídico llamado doctrina de fideicomiso público, el cual exige al gobierno proteger recursos compartidos.
El estado dijo en documentos presentados a la corte que el Departamento de Ecología de Washington estaba trabajando sobre la adopción de un reglamento para reducir las emisiones de dióxido de carbono.
«El cambio climático es el problema ambiental más importante», dijo Stu Clark, director del programa de calidad del aire de Washington. «Necesitamos hacer todo lo que podamos. Estamos haciendo lo que podemos con lo que tenemos».
A nivel nacional, los casos necesitan superar ciertos obstáculos jurídicos, como establecer que la doctrina de fideicomiso público aplica a la atmósfera de la Tierra o que los niños tienen estatus para demandar. Los casos han superado algunos obstáculos pero no todos, dijo el profesor Gerrard.
«No creo que este litigio vaya a tener éxito porque el cambio climático es un problema global, y no está claro qué podría hacer un estado», agregó Richard Stewart, un profesor de Derecho de la Universidad de Nueva York. «Un estado podría hacer ciertas cosas, pero sólo podría realizar una contribución infinitesimal» contra el problema global.