No solo por su hermosa apariencia y su inigualable menú, estos lugares han sido perfectos para disfrutar de una buena compañía y por supuesto de rica comidas y bebidas en las más hermosas ciudades del mundo entero. Conozca los cafés que evocan más romanticismo del mundo
Cuando de lugares para deleitar paladares se trata no existen mejores que ellos, espacios llenos de historia y sobre todo una arquitectura digna de admirar. Rincones a poca luz, o perfectos sitios donde cada uno de sus visitantes puede disfrutar de momentos llenos de hermosos paisajes en éstas bellas urbes.
Un café es un lugar ideal para tomarse un break y descansar del ajetreo diario. Para quienes quieren o les gusta viajar con la imaginación, les mostraremos algunos de los más románticos por su localización y estructura.
Café de Flore en Paris
Es un café brasserie ubicado en el número 172 del Boulevard Saint Germain en Paris Francia y es, según algunos de sus visitantes, la cafetería más completa de Saint Germain. Este café era frecuentado por escritores y célebres hombres de letras del París de los años 80. En este lugar se puede cruzar con periodistas, escritores, actores entre otras personas relacionadas con la cultura. Además hay que señalar que los precios no son caros para un lugar tan bohemio como este.
El serbio Miroslav Siljegovic, propietario del café desde 1983, creó en el 94 los “Premios de Flore”, donde cada otoño, un jurado compuesto por periodistas premia a un autor prometedor, tomando en cuenta su originalidad, modernidad y juventud.
Cafetería Majestic
Es una de las citas que no puede faltar si en Oporto se encontrará. Un rincón especial en el que entrar y contemplar el suntuoso decorado o sentarse en su terraza frente al transitar de la gente por la animada calle peatonal. En temporada alta es casi imposible encontrar mesa pero tal vez deleitarse con sus mármoles, esculturas y maderas nobles merezca la pena.
La etapa más triste del establecimiento fue de1964 a 1980 cuando permaneció en el abandono, hasta que el Estado lo declaró Patrimonio Cultural en 1983 y en 1994 reabrió sus puertas tras una minuciosa restauración. Todo esto hace que el sitio sea un punto obligado de parada de las personalidades políticas o artísticas que se acercan a Oporto, hasta J.K. Rowling parece que pasó algunas tardes ahí durante su estancia escribiendo algunos capítulos de “Harry Potter”.
Pastelería Gerbeaud
Es una de las pastelerías más icónicas de Budapest que es muy famosa y apreciada entre turistas. Fue establecida hace 150 años y se halla en la plaza Vörösmarty. Aquí podemos encontrar las famosas tartas Dobos, Esterházy y Gerdeaud pero sirven dulces modernos también. La instalación interior del edificio es súper elegante y lujosa. Su cafetería tiene más de 300 sillas y la terraza exterior tiene un tamaño muy similar.
Café de la Paix, Paris
Es un famoso café y restaurante situado en el IX Distrito de Paris, en el cruce del Boulevar de las Capuchinas y la Plaza de la Opera. Es obra del arquitecto Charles Rohaut de Fleury, que es también autor del Grand Hotel de la Paix. Fue construido en el estilo Napoleón III.
Es un café mítico, donde muchas estrellas de la opera y del cine solían visitar en los años 50. Ahora sigue siendo un gran café “brasserie” que ofrece un ambiente típico del siglo XIX en Paris, para un viaje en el tiempo. Es un lugar costoso, donde consigue mitad de parisinos que van para un almuerzo de negocios y mitad turistas atraídos por la reputación del lugar.
Café Florian, Venecia
Es una cafetería situada en el Procuratie Nuove de Piazza San Marco, en Venecia. Fue establecido en 1720 y es la casa de café más antigua de funcionamiento continuo. En 1858 el café fue completamente restaurado por Lodovico Cadorin porque las habitaciones no eran realmente arregladas desde el siglo 18. Cadorin creó un gran proyecto de re-decoración llamando a los mejores artistas y artesanos disponibles en Venecia. En 1872 se añadieron otros dos grandes salones a la cafetería.
La Closerie Des Lilas
Este lugar a la vez bar, restaurante y cervecería tiene una historia detrás que lo convierte en ícono de la vida nocturna parisina, con un estilo retro elegante. Está ubicado en el barrio Montparnasse, zona de reputación bohemia, donde solían encontrarse artistas e intelectuales parisinos a principios del siglo XX. Con un piano en la entrada donde muchas veces se sienta alguien para adornar el ambiente con piezas de piano, en este lugar se tiene la impresión de estar en el París de otra época.
