Como un «preocupante diagnóstico» que alerta sobre la poca transparencia de las elecciones parlamentarias, calificó la internacionalista Elsa Cardozo la salida de Brasil de la misión de observación de Unasur.
«La nota en la que el Tribunal Supremo Electoral (TSE) de Brasil anuncia su retiro de la misión de Unasur es en sí misma un preocupante diagnóstico que obliga a afinar la atención, el seguimiento y la observación de las elecciones venezolanas para velar por su integridad, es decir, porque su resultado refleje cabalmente las preferencias de los electores», manifestó la experta, quien es miembro del Centro de Estudios Políticos de la Universidad Católica Andrés Bello.
Cardozo recordó que para participar en la misión de Unasur en Venezuela el TSE solicitó condiciones que le permitieran “un trabajo de observación objetivo, imparcial y vasto”, como se lee en su comunicado del 20 de octubre”.
Sin embargo, «no fueron aceptadas por el gobierno de Venezuela» las condiciones que a juicio de la internacionalista se corresponden con los estándares internacionales de observación electoral.
Entre éstas, pedían observar todas las fases del proceso electoral y también, especialmente, de “verificar si las condiciones institucionales vigentes en el país aseguran equidad en la disputa electoral”.
En este sentido, la investigadora advirtió que la negativa de Maduro «debe funcionar como alerta para no cejar en la vigilancia de un proceso electoral marcado por la inequidad en todas las fases del ciclo electoral hasta ahora recorrido, sobre las que han llamado la atención los boletines del PIEV: desde la renovación del Poder Electoral, la revisión de circuitos, y las inhabilitaciones de candidatos, hasta el desigual acceso a los medios y el financiamiento de campaña y, no menos importante, las restricciones que imponen los estados de excepción para el desarrollo de la campaña y en el proceso mismo de votación»