Agua Viva, la parroquia rural de Palavecino, ha comenzado a sobreponerse a los años de atraso y desidia a la que estuvo sometida durante los gobiernitos rojitos. Lo digo no porque haya sido cambiada radicalmente para mejor, sino porque las fuerzas del cambio están comenzando a actuar exactamente en la dirección de ir recuperando su potencial económico relacionado con el turismo y la artesanía.
Ciertamente, es importante la ayuda de la alcaldía en el sentido de mejorar la vialidad –bacheo-, la estética urbana y la seguridad. Pero lo más importante ha sido la propia iniciativa y liderazgo de sus habitantes: crearon una Asociación de Emprendedores de Agua Viva que no solo agrupa a los posaderos quienes apuestan a la recuperación de Agua Viva como destino gastronómico, de reposo, artesanal y recreativo.
Un hecho notable ha sido la solución encontrada para el caso del rancho que ocupaba parte de la plaza de Agua Viva. En un primer momento, la alcaldía quería derribar la casa ofreciéndole una reubicación a la señora que la ocupaba pero ella no quería salir del lugar. La solución no puedo menos que celebrarla, tanto por ser inteligente como por ser humanitaria. Se le hizo una nueva casa en el mismo sitio donde antes estaba el rancho y se empleó a su ocupante como responsable del mantenimiento de la plaza. Ahora la señora tiene la casa donde la quería, tiene una tarea y un salario y todavía le queda su real y medio.
Se está rescatando la Casa de la Cultura San Antonio llegándose a un acuerdo de uso compartido con el consejo comunal que la utilizaba solo para sus reuniones. Ahora el espacio se utiliza, con la colaboración de la Kantoría de Cabudare para clases de canto y de música. Las muñequeras se muestran entusiastas con la costura de muñecas, y pronto se rehabilitará la biblioteca. Todo esto a pequeña escala, pues las actividades están comenzando, pero hay la voluntad de crecer e integrar en el proceso a mas miembros de la comunidad.
La redoma de Agua Viva, ha sido mejorada, se creó el paseo de las dulceras, dotándolas de kioscos permanentes y decorando la fachada. Se está trabajando en la recuperación de la Casa Rosada, que fuera residencia del escritor Rafael Domingo Silva Uzcátegui, para uso cultural y social.
Se han realizado festivales y expoventas propios de la parroquia, rescatando los símbolos de identidad local: San Antonio, San Pascual, y el Tamunangue de Agua Viva, que estaba casi desaparecido.
Más actividades están en camino. Este próximo sábado y domingo se realizará una Expoventa de artesanía, comida, dulcería y demás hierbas. Nos vemos en el Chalet Recepción, en la Av. Terepaima, en las Cuibas.