Antes de salir el sol, a las 5:00 de la madrugada, la avenida Florencio Jiménez, a la altura del kilometro 16, ya se encontraba cerrada con palos y quemas de caucho que impedía el paso vehicular en ambos sentidos. Se trataba de una protesta llevada a cabo por los habitantes del sector Tierra Prometida, que cansados de no recibir agua por tuberías decidieron alzar la voz.
Nelmirilyn Juárez, residente de la zona, manifestó que aunque nunca han tenido agua por tubería y sólo se abastecen con cisternas, la situación cada vez es menos soportable en cada familia porque el dinero no les alcanza y deben pagar entre 900 a 1.000 bolívares para llenar cada tanque, que por lo general no alcanza para una semana. José Hernández coincidió que para quienes ganan sueldo mínimo, pagar tanto dinero por agua se ha convertido en un lujo frente a la necesidad de comprar alimentos.
“Estamos cansados de que no nos respeten nuestros derechos, como el de recibir agua, ya son cinco años esperando para que los Gobiernos atiendan nuestras necesidades”, dijo Mireya Bastidas mientras expresaba su molestia con los funcionarios de la Guardia Nacional Bolivariana, que acaban de llegar e intentaban quitar los escombros después de cuatro horas de protesta y que había causado largas colas, especialmente de vehículos pesados. Pero la comunidad se opuso y los militares trataron de llevárselos detenidos lo que originó la alteración de quienes pedían agua.
Al joven que les pusieron las esposas minutos despues lo soltaron.
“Ya no aguantamos esta situación, de tener que hacer cola para poder comer y la plata nos alcance, que lleguemos a las casas y no tengamos agua”, le gritaba Oriana Méndez a los funcionarios. “A mi no me interesa cual Gobierno debe responder, lo único que quiero es que cumplan y nos den agua”.
Los funcionarios tratando de mediar le pedían a la comunidad que no cerraran la vía completamente, sino que permitieran el paso por un canal en cada sentido, sin embargo, ellos se negaron por considerar que no habría tanta presión para que llegara Hidrolara. La protesta se extendió pasadas las 12 del mediodía.
Los conductores de camiones manifestaron también su disgusto al no poder continuar su ruta y tener más de cinco horas en espera, los vehículo más pequeños se arriesgaron a pasar por las áreas donde había candela. En el caso de las ambulancias los que manifestaban sí les permitían el paso.
“Yo entiendo que no tengan agua, pero no deberían impedir por completo el paso. Estoy aquí desde las 6:00 de la mañana y ya son las 10:00. Necesitaba llegar a despachar esta comida a Quíbor antes de las 12”, dijo Carlos Urquiola, conductor de un camión que lleva alimentos no perecederos.
Necesidades acumuladas
La falta del agua no es el único problema que padecen los habitantes de Tierra Prometida II, allí el asfaltado prácticamente no existe y sus residentes tampoco tienen la esperanza de que arreglen las calles. En el caso de la electricidad sólo hay hasta la cuarta calle, pero tienen racionamiento de seis de la tarde hasta las 10 de la noche.
Los habitantes afirmaron que la inseguridad es impresionante y nunca han visto patrullaje por parte de cuerpos policiales nacionales ni regionales.
