“Yo siempre le pedí a Dios que me llevara primero a mí, antes que a mis hijos”. El mayor temor de la señora María Peraza era padecer el dolor de perder a uno de sus nueve herederos. Ayer el destino le dio un duro golpe: su quinto hijo, de 16 años de edad, fue asesinado.
¿Por qué hay gente mala?, se preguntaba una y otra vez, mientras lo veía ensangrentado, tirado en una cuneta del sector La Palomera, en Río Claro. Al adolescente apodado Matico le dispararon desde un carro en múltiples oportunidades, el homicida huyó una vez que se cercioró de la muerte del menor.
Instantes antes del sangriento episodio que conmocionó a los rioclarenses, el muchacho fue a buscar a sus cuatro hermanos menores en el Colegio Juan Pablo II, a cinco minutos caminando desde su casa. Luego, a eso de las 11:30 de la mañana, almorzaron en familia.
Cuando terminó de comer, Matico le dijo a su mamá que iría a conversar en la avenida principal, vía hacia Tierra de Tinta, con su grupo de amigos. La progenitora le advirtió que se cuidara, le dio la bendición y el joven se fue.
El ataque
En una piedra, en el puente de la entrada de La Palomera, Matico estaba con sus amigos y vecinos, allí también estaba José Valentín Rodríguez, de 22 años, se hermano mayor.
Desde una camioneta Jeep Wagoneer negra, un sujeto armado les disparó. Los vecinos aseguran que escucharon no menos de diez detonaciones.
En el hecho, José Valentín resultó afectado en el brazo derecho y fue atendido en el ambulatorio del pueblo. Está fuera de peligro.
Estaba amenazado
En el pueblo todos saben quién es el autor del hecho: un hombre a quien llaman El Gordo, cuya identificación plena la manejan los detectives del Cuerpo de Investigaciones Científicas Penales y Criminalísticas.
Desde el lunes 19 de octubre, El Gordo tenía amenazado al adolescente y la comunidad también lo sabía. Le dijo que le quemaría el rancho y le juró la muerte. Matico le contó a su mamá sobre el peligro que corría pero también le dijo que estuviera tranquila porque “el que no la debe, no la teme”.
Creyó que las amenazas eran solo palabrerías, pero estaba equivocado.
Según cuentan los lugareños, el criminal es familiar de Mario Kensander Pérez García, de 24 años de edad, asesinado el domingo en la manga de coleo de Río Claro, durante un intento de robo. El Gordo decía que Matico participó en ese crimen y prometió vengarse.
Su progenitora lo niega. Mientras abrazaba a dos de sus hijos menores declaró que su hijo no estuvo involucrado en ese hecho, dijo que el joven sí fue a los toros, con una tía y sus primos, pero regresaron a casa a las 8:30 de la noche, antes que ocurriera el asesinato del estudiante de Ingeniería.
Contó que su hijo no era malo, no quiso estudiar porque era olvidadizo pero trabajaba distribuyendo víveres en las bodegas, su único vicio era el chimó.
“A mí me dijeron que querían matármelo, yo no debí dejar que saliera”, expresaba la señora María.
En el sitio del hecho, fuentes policiales dijeron que al adolescente también lo apodaban Saldiguera y que aparentemente sí guarda relación con el homicidio del estudiante universitario.
Se conoció que la tarde de ayer varias comisiones del Cicpc buscaban a El Gordo.