A simple vista, parece un hombre normal y corriente, sin aspavientos ni prepotencias, un hombre sencillo que está en la constante búsqueda de encontrar esa manera digna de ganarse la vida. Sin embargo, al nomás cruzar un par de palabras con él, se revela de inmediato su verdadera personalidad, esa que tras una sonrisa tímida esconde a un ser maravilloso, a un alma pura que supo desde hace mucho cuál era su propósito en la vida, un derroche de humildad y decencia que hoy nos cautiva con su singular talento
Tras los fogones de una de las mejores cocinas de la ciudad, se esconde un hombre digno de admirar, un cocinero excepcional que ha logrado superar los obstáculos que desde pequeño le ha puesto la vida, para lograr finalmente superarse a sí mismo y convertirse en un profesional de la gastronomía que deleita con su exquisita sazón a todo aquel que se siente frente a alguna de sus creaciones, obras de arte que no sólo seducen al paladar sino que también encantan al olfato y enamoran a primera vista, una fusión de sabores, aromas, colores y texturas que se vuelve fiesta para los sentidos.
Su historia en la cocina comenzó cuando apenas era un niño; un niño pequeño que se vio en la obligación de crecer y madurar mucho más rápido que cualquier otro; un niño inocente que jugaba a ser el ayudante de su mamá aún y cuando para muchos eso fuese “cuestión de mujeres”; un niño entusiasta y optimista que, tras hacer su primera arepa, descubrió que nunca pasaría hambre y que sería allí, entre cacerolas, cuchillos e ingredientes, donde se convertiría en un hombre independiente, habilidoso y creativo que años más tarde haría magia, sorprendiendo y fascinando hasta al más exigente de los comensales.
Así, tras obtener con mucho esfuerzo su título de bachiller, probar sus habilidades cocinando en el negocio de una tía y deleitar a sus amigo y familiares en banquetes improvisados, decidió un buen día especializarse en eso que, aún siendo de manera autodidacta, lograba dejar con ganas de más a quienes saboreaban alguno de sus platillos, convirtiéndose finalmente en un jefe de cocina completo, integral y particular, con Licenciatura en Ciencia y Cultura de la Alimentación y especializado además en Gerencia de Alimentos y Bebidas, Control de Calidad y Asesoría de Restaurantes.
Palabras del alma
– ¿Con qué platos debutaste?
Con un lomito al champiñón, una langosta thermidor y un pabellón criollo.
– ¿Qué ingrediente no puede faltar en tus preparaciones?
Ajo y ají dulce
– Y ¿Qué no usas?
Cubito
– Si quieres sorprender a alguien, ¿Con qué te luces?
Con un buen cerdo con cebollas caramelizadas acompañado de puré de guaje.
– ¿Cuál es tu técnica de cocción favorita?
Mientras más técnicas domine, mejor, pero una de mis favoritas es el grill.
– ¿Cuál consideras que es tu especialidad?
Si tengo que referirme a un sólo tipo, te diría que me especializo en comida larense, pero más allá de eso, me esmero en hacer una cocina creativa, pues no me gustan los platos estandarizados.
– En pocas palabras, ¿Cómo defines tu estilo?
Perfeccionista, fresco y versátil.
– Si no te toca cocinar, ¿Con qué plato te dejas consentir?
Con un plato de caraotas, suero y aguacate.
– ¿A quién admiras?
A César Yánez, Marianella Benítez y Anthony Bourdain.
– Para ti, ¿Cuáles deben ser los ingredientes fundamentales de la buena cocina?
Pasión, disciplina, respeto e innovación.
Pollo mediterráneo envuelto en tocineta y relleno con tomates secos, sobre arroz cremoso de ajoporro.
Sopa de tomate con pétalos de tomate y guarnición de jamón serrano y aceitunas negras.
Lomo de cerdo sobre papas colombianas al romero, coronado con cebollas caramelizadas y rúgula.
Crocantes cubos de queso tentación con manzana acaramelada y deliciosa ensaladilla fresca.
Lomito al gratén sobre cama de tomates balsámicos, coronado con finos y crujientes aros de cebolla.
“Cuando me preguntan cómo aprendí a cocinar, respondo que en realidad no lo sé, pero creo que es un don que me dio Dios, un propósito de vida que él puso en mi y que yo pulí y perfeccioné”
“Me convertí en una esponja que absorbía conocimientos de cada una de las personas con las que compartía, lo que me permitió aprender no sólo de cocina sino también del servicio en general”
“Tengo una memoria gustativa muy amplia que me ha dado el privilegio de crear combinaciones y platillos agradables para mis comensales, partiendo de sabores, aromas y texturas agradables para mí”
Agradecimiento: Decotel y Trazo Restaurant