Llegar a los ochenta años es privilegio de los que han sabido vivir.La circunstancia es un camino que desde que nacemos vamos haciendo dentro de un espacio inapelable. De la misma manera en que se suceden las generaciones en la historia, cada uno de nosotros avanza indetenible a través de los años.
Cada cumpleaños trae una reflexión: nos encadena la fe en cada camino abierto, le tomamos gusto a la tierra y a la vida, aprendemos que la herida es la rosa donde se posa el tiempo, que somos corazón, verso, bromas, alegrías y palabras… y silencios cuando nos sacuden las ausencias;sabemos hacia dónde dirigimos nuestra proa, hemos aprendido en el refugio del silencio a escuchar el aullar del viento en la ventana, hasta que cierra sus pétalos la noche, hemos aprendido a lustrar sin prisa las hojas del otoño y a dar calor a las frías del invierno, a vencerlos rigores del destino, a ser ritmo, bolero, canción, un ayer encantado,un hoy indeciso, pero siempre con un mañana de esperanzas al alma fuertemente uncidas. Aunque nada puede evitarnos la muerte, luchamos y soñamos hasta el final como si fuéramos inmortales.
Trina mi hermana mayor es la razón de este artículo. Hoy aunque por caminos diferentes cada uno de nosotros continúa abonando el frondoso árbol que sembraron nuestros viejos, conservamos la esencia de la herencia que corre por la geografía de la piel, por las neuronas, la memoria, los ojos, el corazón y las arterias.
Trina aún trabaja con su mente fresca, ella es para la familia lo que la madre Teresa de Calcuta para el mundo, es un esfuerzo siempre dispuesto y constante y una madre para los desamparados y animales de la calle.
Hoy en su ochenta cumpleaños me hago voz de su hija Janeth Ardila Niño quien antes de morir escribiera para ella lo siguiente:
Mamá: Tú has sido aquel fanal guía en mi existencia, cielo en el que has estado como estrella rutilante que nunca se apaga, insondable piélago de sentir profundo que vino a mí como la marejada, a dar vida y llevarse mis pesares. Has sido como sendero de luces hacia lo infinito, lleno de fragantes emociones y en el que como alud la arboleda en un manto me envolviera, para adentrarme en una mansión de amores, de mieles cual exquisitos placeres, y advertir ¡Ah en las flores! aquel ornato empíreo, orlada floresta que en arco iris de borde a borde la senda cubre. Después de la corriente tempestuosa que se lleva en la existencia has sido aquel remanso de oasis que a la vera del camino brota en hierba formando una extensa pradera y como en suaves plumones, besa los cansados pies. Has sido en mi vida como aquel prado, en blandas y trémulas caricias, que yo en la búsqueda de un sedante… ¡Y de tan solo hollar plétora me hallo todavía!!!
Brindaremos por los años vividos llenos de esperanza, por los que ya no están, por los que vivimos llenos de recuerdos, por cada etapa de nuestras vidas que siguen abonando el árbol que sembraron nuestros padres, por el zorzal que entonaba dulcísimos trinos, por la siempreviva, por las pomarrosas, por las arrugas de la frente, por nuestros alfareros, brindaremos por la vida y rigores del tiempo mitigados.
Estupenda o dura la vida no deja de ser magnífica. A veces la dureza produce seres grandiosos, capaces de encumbrar su corazón hasta el mismo cielo.
Gracias hermana por ayudarnos a crecer, por enseñarnos a ver brillar las gotas del rocío de la bondad sobre el tapiz de la vida, gracias por demostrarnos que sin acción no hay siembra ni batalla ganada.
Feliz cumpleaños
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