Decenas de palestinos incendiaron el viernes la tumba de José, un lugar venerado por los judíos en Naplusa, en el norte de Cisjordania ocupada, en una tensa jornada de movilización en la que murieron cuatro palestinos.
El incendio de la tumba puede avivar aún más el antagonismo entre ambas partes en este «Viernes de la Revolución» convocado por los palestinos, y darle a los enfrentamientos con los israelíes una peligrosa dimensión confesional.
En la jornada han muerto cuatro palestinos: uno que intentó apuñalar a dos soldados israelíes en Cisjordania ocupada, uno en enfrentamientos en las afueras de Naplusa y dos por tiros del ejército en Gaza.
En esta jornada de protesta convocada en Cisjordania y en la Franja de Gaza coincidiendo con la gran oración semanal de los musulmanes, 98 palestinos resultaron heridos.
Tras dos semanas de violencia, que hace temer una nueva intifada, las fuerzas israelíes se preparaban para hacer frente a más disturbios.
La policía, masivamente presente, ha prohibido a los hombres de menos de 40 años el acceso a la muy sensible explanada de las Mezquitas, en Jerusalén.
Al iniciarse la jornada de este viernes, decenas de palestinos lanzaron cócteles molotov contra la tumba de José, lugar de peregrinación para los judíos. Para éstos, ahí reposa José, uno de los doce hijos de Jacob, vendido por sus hermanos y llevado a Egipto, desde donde su cuerpo fue traído de vuelta, según la tradición bíblica.
Este sitio, donde los palestinos afirman que se encuentra la tumba de un jeque local, ha sido ya escenario de enfrentamientos en el pasado, sobre todo durante la segunda intifada (2000-2005).
El presidente de la Autoridad Palestina, Mahmud Abas, intentó rebajar tensiones y calificó poco después de «acto irresponsable» y «gesto deplorable» este incendio.
Este incendio «ofende nuestra cultura y nuestra religión», dijo Abas, quien prometió que los daños serán reparados.