En La Causa R consideramos urgente el cambio político en el país en momentos en el que se evidencia una crisis institucional, un colapso económico y un drama social sin precedentes en nuestra historia. Por tal razón se hace impostergable la tarea de fortalecer nuestra moneda, incrementar la producción nacional, reconciliar al país y reinstitucionalizar el poder público. Para tal fin creemos que el camino más eficaz y adecuado sería el adelanto de las elecciones presidenciales para el 2016 y la nueva designación de todos los representantes de los poderes judicial, electoral y ciudadano, mediante la convocatoria de un referéndum consultivo promovido por la mayoría de la nueva Asamblea Nacional a ser electa el 6 de diciembre de 2015.
Quienes tienen que hacer cola todos los días para comer, están a merced del hampa desbordada, ven diluirse su sueldo y prestaciones por culpa de la inflación más alta del mundo y son víctima de abusos de poder permanentemente, no pueden esperar al 2019 para cambiar su realidad desesperante. Es por eso que se requiere promover mecanismos de cambios constitucionales mediante el ejercicio de la soberanía popular como lo es el referéndum consultivo, el cual puede ser convocado por una mayoría simple de la Asamblea Nacional según lo establece el artículo 71 constitucional. Es por esto que estando ahora a las puertas de una elección parlamentaria en la que según todos los pronósticos el pueblo votará por un cambio, los partidos políticos que hacemos vida en la MUD y representamos dicho cambio no podemos defraudar ese mandato y estaríamos obligados a agotar todos los mecanismos constitucionales consagrados desde el seno parlamentario, entre los cuales se encuentra la convocatoria a referéndum consultivo vinculante como el que estamos proponiendo en este contexto histórico que vivimos.
El 25 de abril de 1999, a petición del recién electo presidente de la República Hugo Chávez, se realizó un referéndum consultivo vinculante para convocar a una Asamblea Nacional Constituyente, a pesar de que tal mecanismo no estaba establecido en ninguna parte del ordenamiento jurídico vigente para entonces. La validez de la consulta fue justificada política y jurídicamente en la interpretación de que el pueblo soberano encarnaba el poder constituyente originario y estaba por encima de todo lo constituido, incluyendo la constitución misma. Así nació lo que luego fue bautizado por sus promotores como la «Quinta República».
Ahora le planteamos al país como salida a la grave crisis existente que se ha hecho insostenible e inaguantable para su población, la convocatoria de un nuevo referéndum consultivo vinculante, esta vez para decidir sobre el adelanto de las elecciones presidenciales a realizarse en un lapso de 6 meses posterior a la fecha de la consulta y en caso de que cuente con la aprobación mayoritaria del pueblo soberano. Tal mecanismo es a todas luces democrático, constitucional y pacífico, además de ser acorde con los orígenes del propio régimen actual. Lo que fue originado por la voluntad soberana expresada en referéndum consultivo, bien puede terminar de la misma forma. En definitiva, la última palabra la tendría el pueblo. ¿O de eso no se trata la democracia participativa?
Caso cerrado, el dictamen final lo tiene usted.
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