El caso venezolano llena de asombro al mundo entero y nos deja a nosotros un peso muerto, una carga increíble de indignación mezclada con cierta dosis de culpa activa o pasiva, y un anhelo de cambio radical y profundo. Se respira en el ambiente. Diecisiete años han sido suficientes para probar este nuevo fracaso del socialismo comunistoide que alimentó la retórica y los hechos del “socialismo del siglo XXI”. El máximo responsable ha sido Hugo Chávez, tanto por las acciones concretas como por la falta de tino en la escogencia del sucesor Maduro.
Nada funciona bien en Venezuela. Los males sobre diagnosticados avanzan haciendo imposible, dentro de los mismos esquemas, revertir hacia lo positivo las negativas tendencias del presente. En consecuencia se necesita un cambio urgente y profundo. Sólo será posible con una adecuada conjunción de gente competente, ideas claras basadas en la libertad y proyectos concretos para construir la nueva Venezuela a la que aspiramos y el continente necesita. Con más de lo mismo en estos tres aspectos, los resultados serán peores a lo que tenemos. Sin exagerar creo que estamos ante el reto más importante de toda nuestra historia. Se trata de algo existencial.
Los países se las ingenian para superar obstáculos ideológicos o políticos circunstanciales. Lo acabamos de ver con la firma del Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica (TPP). Perú, México, Chile, Canadá y Estados Unidos con fronteras en el Pacífico logran entenderse entre sí y asociarse al resto de países en situación geofísica similar. Australia, Brunei, Japón, Malasia, Nueva Zelanda, Singapur y Vietnam. Todos juntos representan unos 800 millones de habitantes del planeta que ponen sus esperanzas en un tratado de libre comercio que proyecta beneficios descomunales si todo marcha dentro de lo planeado y pactado.
Basta de consignas fracasadas. Estimulemos la imaginación de los compatriotas que desde las Universidades y centros de estudio e investigación públicos y privados puedan aportar soluciones concretas y a largo plazo a la problemática venezolana. Repito, con los mismos haciendo lo mismo, los resultados serán iguales o peores a lo existente.
@osalpaz