Sus clases comenzaban al mediodía. A las 11:40 de la mañana de este miércoles, la joven de 16 años de edad, caminó con sus cuadernos en mano desde su casa ubicada en El Garabatal hacia la Escuela Técnica Industrial La Carucieña. En la avenida María Pereira de Daza con calle 4, justo en donde está una parada de Transbarca, quedó atrapada en una balacera.
En esa parada estaba un joven esperando una unidad. Un carro pasó y un sujeto desde el puesto de copiloto abrió fuego contra él, pero la estudiante también resultó herida y ambos cayeron al pavimento.
El muchacho fue impactado dos veces en el área abdominal, pero la peor parte se la llevó la adolescente: un proyectil entró y salió en la región occipital.
Los vecinos estaban espantados por la ráfaga de detonaciones, sólo una señora se atrevió a levantar a la liceísta y trasladarla hacia el Ambulatorio de La Carucieña. Aunque había perdido mucha sangre y gran parte de la masa encefálica, todavía respiraba. Los médicos hicieron lo que pudieron para estabilizarla, la subieron a una ambulancia y la llevaron a la emergencia del Hospital Central Antonio María Pineda, único centro de salud en Lara apto para atender heridos de esta índole.
A las 12:11 del mediodía llegó al centro de salud. Tenía los ojos entreabiertos, respiraba con la ayuda de un ambú, que es un dispositivo manual para proporcionar ventilación a los pulmones con presión, la camilla estaba completamente llena de sangre. La señora que la acompañaba traía en sus manos los zapatos escolares y una pulsera rosada de la joven.
Pasaron pocos minutos cuando llegó la progenitora, luego la abuela y demás familiares. Se abrazaban y se agarraban la cabeza en señal de desconcierto, hasta ahora no tenían ninguna información, sólo que a la menor le habían dado un tiro.
30 minutos después una ambulancia del Servicio de Emergencias Lara 911 llegó al área de emergencia del Antonio María Pineda. El paciente era Pedro Javier Aranguren, de 21 años de edad, el joven que estaba en la parada.
Su estado era menos delicado, respiraba por cuenta propia, estaba consciente y con los ojos abiertos. Sus familiares –que ya estaban en la emergencia esperando por él- gritaban de dolor y él pestañeaba, como dándoles a entender que los escuchaba.
Liceísta no resistió
Aranguren sobrevivió, pero la estudiante no. Antes de que los médicos le hicieran una tomografía para comprobar su estado e ingresarla al quirófano, dejó de respirar.
La víctima estudiaba 5to año de bachillerato, cumplió los 16 años en julio. Su familia contó que su mayor sueño era estudiar licenciatura en Idiomas Modernos. En un primer instante se pensó que la joven pudo haber estado en la parada con Aranguren, pero las autoridades descartaron esta hipótesis. La estudiante casualmente pasaba por el lugar, como lo hacía todos los días a esa misma hora.
Primeras pistas
Los testigos del hecho aseguran que el carro desde donde dispararon era un Chevrolet Corsa color verde. Aseguraron que fueron dos ráfagas de tiros y después el sonido del motor del vehículo en donde los victimarios huyeron a toda velocidad.
En horas de la tarde la comisión del Cuerpo de Investigaciones Científicas Penales y Criminalísticas (Cicpc) inició las averiguaciones del hecho violento que esta vez se cobró la vida de una inocente.
