Su función docente y el interés que sintió por la pedagogía fueron los valores capitales de Andrés de Jesús María y José Bello López, un poeta, filólogo, educador, jurista, filósofo, sociólogo, político, diplomático, traductor, ensayista, periodista y jurista venezolano nacido el 29 de noviembre de 1781 en Caracas.
Estaba convencido de que la instrucción y el cultivo espiritual son la base del bienestar del individuo y del progreso de la sociedad, razón por la cual siempre fomentó el estudio de las letras y las ciencias. Propuso la apertura de escuelas normales de preceptores.
Representa en América la ilustración más viva y su acción infatigable fue un verdadero avance en la liberación, el desarrollo y transformación educativa y cultural de nuestros pueblos. Con su obra y acción se establecieron los cimientos culturales del continente.
Fallecido el 15 de octubre de 1865 en Santiago de Chile, se cumple siglo y medio de su desaparición física. De una profunda educación autodidacta se le considera uno de los humanistas más importantes de América.
Fue maestro del Libertador Simón Bolívar, con quien viajó a Londres en 1810 junto a Luis López Méndez en la misión para asegurar apoyo británico en la independencia de Venezuela. La misión fue un fracaso y no regresó a Caracas.
En 1829, finalmente, se trasladó a Chile donde desarrolló gran parte de su obra, dándole a esa República un Código Civil y una Universidad de la que fue rector vitalicio desde 1843 hasta su muerte. Obtuvo la nacionalidad chilena en 1832 y fue senador por Santiago en 1837 y 1864.
Andrés Bello ha sido calificado de sabio. Ningún adjetivo le queda mejor al gran literato y jurisconsulto americano.
Ningún otro hombre ha recibido más títulos. De él, aprendió Bolívar a amar la libertad. Por su fecunda labor a través de Venezuela su patria, Chile su suelo adoptivo, y Londres, se le puede llamar con autoridad el Maestro de todos.