Muy floja en defensa, sin orden e insegura, la selección de Venezuela, lejos de sus mejores tiempos, fue presa fácil de Brasil en el estadio Castelao de Fortaleza para encajar una derrota por 3-1 en la segunda fecha de las eliminatorias suramericanas al mundial de Rusia 2018 y quedar en el fondo de la clasificación, en un arranque para el olvido, con obligación de sumar sus primeros puntos en la venidera doble jornada ante Bolivia (La Paz) y Ecuador (Puerto Ordaz), en noviembre.
Un gol del mediocampista William apenas a los 33 segundos fue un aviso claro de lo que sucedería en el resto del compromiso, con un Brasil que no necesitó de mayor brillo ni echó de menos a su estrella Neymar para llevarse los tres puntos, sino que capitalizó los errores, la falta de concentración y displicencia de una Vinotinto irreconocible, que esta cada vez más lejos de aquella que en años recientes rozó la gloria, al llegar a semifinales de la Copa América y pelear hasta último momento por un cupo mundialista.
William anotó dos de los tres tantos marcados por la “verdeamarelha”, minutos 1 y 42, mientras que el delantero Ricardo Oliveira anidó el otro al 74. Christian Santos, debutante en eliminatorias, fue el responsable del único grito del seleccionado criollo, en la fracción 64, anotación que en su momento dio un envión anímico para buscar el empate, pero se quedó en una tibia reacción.
Sin puntos en su casilla, la Vinotinto firmó su peor inicio en un premundial desde el proceso clasificatorio de 2006, cuando también perdió sus dos primeros careos ante Ecuador y Argentina. Para colmo de males, dos rivales directos como Ecuador y Uruguay, este último sin Edison Cavani ni Luis Suárez, ganaron sus dos compromisos y toman ventaja sobre Venezuela en el camino hacia Rusia.
El impacto de la caída es mayor no por el rival, sino por la forma de jugar. Que Venezuela pierda con Brasil no es una situación para alarmarse, porque, aunque esté en horas bajas, el pentacampeón del mundo conserva como legado su jerarquía, pero sí preocupa el pobre desempeño de la selección venezolana, sin identidad clara de juego, vulnerable en defensa, ahogada en errores que parecían superados y con poco espíritu de lucha.
En fin, una presentación que supone un golpe a la esperanza, por más que reste mucho camino por delante, y aumenta las dudas.
El técnico Noel Sanvicente hizo cambios en el once inicial y puso a hombres con manejo de pelota y llegada como Alejandro Guerra y Ronald Vargas para darle socios a Salomón Rondón y no dejarlo en lucha solitaria con los defensores. Pero todo el planteamiento y la planificación se vino abajo con el gol de camerino anotado por William y tras un garrafal error de Guerra cuando intentaba salir. De allí en adelante, Venezuela quedó condicionada y estuvo dominada a placer por un Brasil, que sin ser de los mejores en su historia, se las arregló para inclinar la balanza de su lado.