El culto a María Lionza se impone a la modernidad. Sigue vigente.
La mística montaña de Sorte, como escenario de altares, ritos e impresionantes bailes en candela, recibió este año miles de visitantes de toda Venezuela y el mundo. Propios y turistas penetraron Quibayo; sitio de fe para los marialonceros.
“Se trata de uno de los ritos que, a escala nacional, impresiona la psiquis del venezolano por su mixtura de elementos; está lo religioso, cultural y étnico. Hay un sentido de identidad grupal, así no seas creyente”, explicó César Escalona, antropó
logo egresado de la Universidad Central de Venezuela (UCV), quien desde hace diez años estudia el fenómeno.
La devoción a María Lionza no se limita al rito, debe ser vista como una expresión, culto o religión que guarda íntima relación con la idiosincrasia del venezolano; destaca lo ancestral, lo indígena y el encuentro de culturas producto de la colonización, apunta el coordinador de la fundación sin fines de lucro MadreLionza, la cual investiga identidades, rituales y religiones.
“María Lionza atesora una herencia ancestral, donde se concentran valores de las comunidades esclavas y negras. Se trata de valores ancestrales de nuestra cultura venezolana. Esto es un fenómeno social total porque junta y conserva memorias, aspectos religiosos, culturales, tradición oral, cohesiones grupales; debe ser apreciado como un todo”.
Puente
Todas las cargas históricas se reúnen en una sola figura (María Lionza), las cuales se avivan especialmente cada 12 de octubre en el Monumento Natural de Sorte.
“María Lionza sirve de puente entre el pasado ancestral y el presente contemporáneo”.
El antropólogo analiza que la figura es vista como la diosa Yara, dama de la colonia y mujer contemporánea.
“La montaña es ella misma. El abanico de manifestaciones impresiona. María Lionza es la diosa de la diversidad cultural venezolana; conjuga ritos, mitos, cuentos, leyendas, expresiones de fe en los altares, manifestaciones artísticas, espacios naturales. No se trata de una escultura o brujería, todo un estilo de vida gira en torno a la diosa”.
Carga indígena
Explica Escalona que el culto se convirtió en una representativa muestra ancestral por su carga indígena y connotación histórica, no es vano el acontecimiento tiene lugar cada 12 de octubre.
Centros espirituales, grupos devocionales, caravanas, turistas, se concentran en el templo sagrado (montaña) a fin de rendirle homenaje a las diversas cortes y deidades; cada grupo tiene su propia manera de honrar a María Lionza. Generalmente se levantan altares con flores, velones y frutas.
El baile en candela, la madrugada del 12, suele ser lo más impresionante. Vinculado a la resistencia indígena y a la adoración que los aborígenes le rendían al Dios del Fuego. Es una herencia muy valiosa, apuntó el entrevistado.
“Es una prueba de fe, de devoción para el creyente. En Quibayo el baile en candela es icónico porque es el que más se ha documentado. Esta danza la realizan personas bien preparadas, las cuales prestan su cuerpo a ciertas entidades canalizada por la Corte Indígena. Al apreciar el baile, el creyente reaviva miles de años de historia”.
Esencia
Aunque el culto está abierto y recibe influencias permanentemente, el ritual se mantiene, conserva su esencia.
“Algunos temen el peligro de que se pierda o pueda convertirse en un espectáculo, es probable que para los adultos de 80 años no se haga de la misma manera, pero observamos que a las nuevas generaciones sí les atrae. Incluso, la mayoría de los creyentes son jóvenes que no llegan a 30 años”.
Es importante salvaguardar el culto, su esencia, las memorias para que los más jóvenes puedan valorarlo como un culto total, más allá de los pomposo, fastuoso y atractivo que pueda resultar”.
Ritos
En Sorte la gente disfruta de un buen baño en el río para limpiarse.
Cada creyente profesa su fe de una manera distinta, a diversas deidades o cortes.
Mucho turista que visita la montaña para conocer de qué se trata todo esto, termina por ser creyente, de una manera natural.
Tabú
Escalona sabe de los rumores que se producen en torno al culto.
Explica que muchas personas temen ir a la montaña porque creen que se realizan sacrificios de animales o que serán víctimas de hechizos.
“Cada grupo de creyentes cumple responsablemente con su acto de fe, dedicado exclusivamente a la diosa u otras deidades, la corte negra, indígena, entre otras”.
