Desmotivación, incertidumbre, poco acceso a los insumos es lo que rodea a la zafra que acaba de iniciar en el sector cafetalero del país. A pesar de contar con nuevos precios por quintal, preocupa a los caficultores los elevados costos de producción de los últimos años y que parece no tener pausa.
Según las cifras que maneja Fedeagro actualmente la producción de café en Venezuela sólo alcanza el 30% del consumo nacional, entre 400 a 500 mil quintales frente a los 2.200 de demanda. Hace dos años la producción era cercana al millón del quintal y debido a las enfermedades de las plantas y la poca asistencia que tienen en el campo la caída fue más del 50%, situación que podría repetirse en la nueva zafra, pero en esta oportunidad agregándole la desmotivación de los caficultores por lo poco rentable que se ha convertido debido a los bajos precios que estipula el Estado por quintal de café.
El ministro de Agricultura y Tierra, Yván Gil, recientemente informó que el quintal de café verde categoría lavado fino (nueva) ahora tendrá un precio de 15.120 bolívares, el lavado superior 11.340 bolívares, el quintal de lavado 9.072 bolívares y el natural 6.804 bolívares, tales incremento para Félix Saavedra, productor de Andrés Eloy Blanco, representan una burla al sector, ya que desde hace tiempo el costo de producción alcanza los 15 mil bolívares y hasta los 17 mil bolívares el natural.
“El Gobierno debería pagar el quintal en un mínimo de 20 mil bolívares para que realmente sea rentable”.
Explica que en el caso de Andrés Eloy Blanco no hay grandes latifundios, ni grandes sembradíos de café, sino fincas de una hectárea de 3 o 5 mil matas, máximo 20 mil, con elevados costos de producción porque consiguen en pequeñas cantidades los insumos pero con precios muy altos, la mano de obra que cada vez es más costosa y quienes no tienen para trillar el café acuden a los productores que tienen los implementos pagando 2 mil bolívares para poderlo preparar.
“El café que se produce en la zona es bueno, pero no gourmet que es el que va a pagar el Gobierno en 15 mil bolívares, porque el que se produce aquí siempre lo pagan como café malo al ver que algunos granos están partidos”.
Los productores también se deben enfrentar a la escasez de insumos como la fórmula completa que es la necesaria para el potasio de la planta y evitar que se caiga la flor. Esporádicamente obtienen la urea.
Toda esta circunstancias es lo que ha generado una desmotivación en los caficultores para producir, explica el decano de la Facultad de Agronomía de la Universidad Centroccidental Lisandro Alvarado (UCLA) Nerio Naranjo, quien señala que desde el área académica ven con mucha preocupación la realidad del sector cafetalero regional y nacional al ser evidente la caída de la producción, el deterioro del sistema productivo, el abandono de los cafetales y la sustitución por otros cultivos.
El café es un rubro de alto potencial ecológico conservacionista de consumo nacional y generador de empleo en sectores muy pobres de distintas regiones del país y para que sea rentable debe cumplir con una serie de condiciones; primero un precio que garantice fluidez en la comercialización, la posibilidad de que el café de calidad sea exportado y acceso a los insumos, explica Naranjo, quien considera que el acompañamiento del Estado debe ser con subsidios inteligentes, que más que un apoyo social relacionado con viviendas y alimentación, busque consolidar la nueva tecnología del café, basada en la renovación de cultivar resistentes a enfermedades, con manejo agronómico y ecológico adecuado, pero de alta productividad.
Cataloga como un error que el 80% de la industria del café haya sido estatizada dándole al estado un carácter de monopolio de la compra del rubro, quien fijó un precio que no corresponde a la realidad del mercado y termina desestimulando al productor.
Para muchos productores de Lara y Portuguesa en la crisis también influye “intereses personales” dentro del Gobierno nacional a que la distribución del café en el país se haga por importaciones e incluso denunciaron que existen organizaciones ilegales que compran el rubro a los caficultores a 18 mil bolívares el quintal (el Gobierno lo venía pagando en Bs 3 mil y 5 mil), para después ser llevado a Colombia procesarlo e importarlo a Venezuela.
Esperanza
A pesar de la crisis los caficultores tratan de mantener la producción por muy baja que sea, porque es la principal fuente de ingreso de las familias y no la pueden dejar. Tratan de realizar otras actividades que les permitan obtener mayores ingresos, como la siembra de otros rubros.
Para los productores de café el secreto de las plantas está en la atención y en el cuidado que se tenga, suministrándole los fertilizantes a tiempo para que las plantas puedan florecer.
Saavedra recuerda que durante muchos años en Venezuela se vivió de la producción del café, el cacao y la caña de azúcar.
La enfermedad de la roya
Sobre las posibilidades de crear la cura para enfermedades como la roya que el año pasado causó la pérdida de 80% de la producción en Lara, el decano de Agronomía, señaló que se han obtenido plantas resistentes a la roya y se debería comenzar una gran campaña de renovación de los cafetales con este tipo de variedades, pero acompañando de los manejos agronómicos básicos, la capacitación de los productores que es fundamental para desarrollar el cultivo y darle un nivel tecnológico que lo haga competitivo.
Sin embargo, para lograr que el proceso sea exitoso es necesario que el mismo café genere la fluidez económica que permita la constante reinversión.