Mundialmente hablando, el principal problema de las ciudades es el tema de la basura, pues nosotros, los seres humanos, parecemos traer de nacimiento una suerte de chip que nos programa desde pequeños a consumir con o sin necesidad, convirtiéndonos a su vez en una especie de máquina generadora de desperdicios. La buena noticia, es que esta problemática tiene todo un abanico de soluciones, y una de ellas es la elaboración de papel artesanal, una iniciativa verde, ecoamigable y sustentable que apuesta por darle una nueva vida a las toneladas de papel que vagan sin futuro
Hace unos 6 años y como parte de un proyecto de extensión de reciclaje, reuso y reutilización de los desechos sólidos del Departamento de Agronomía de la Universidad Centroccidental Lisandro Alvarado, nació una hermosa iniciativa llamada Papel – Ucla, un sueño que se hizo realidad gracias a gente maravillosa y responsable como la señora Graciela Carvalho, Directora del Centro de Desarrollo Social, Cultural y Turístico Papelote; la profesora Merly Guillén, Ingeniero Agrónomo y encargada del proyecto, y los corresponsales Leonel Sorondo y José Vicente Anzola, quienes un buen día decidieron unir esfuerzos y darle vida a aquello que surgió por la necesidad de brindarle un mejor uso a todo el papel “desperdiciado” en el decanato, otorgándole además un sentido de investigación y divulgación de ese reciclaje artesanal y de tradición que debe mantenerse arraigado en nuestro pueblo.
Así, con la mira puesta en perpetuar los conocimientos de Graciela, generar consciencia en la comunidad universitaria, contagiar con la verde fiebre del reciclaje a todo aquel que se atravesara en su camino y divulgar las fascinantes técnicas de elaboración de papel artesanal, se fundó ese pequeño templo en el que este material encuentra una nueva vida y los amantes del reciclaje sacian su sed de información, al tiempo que se convierten en pupilos y multiplicadores de ese mensaje que, con paciencia y entusiasmo, dan a conocer los expertos en tan interesante materia, formando así a la comunidad en general y a quienes quieran apropiarse de esos conocimientos, bien sea para autosustentar sus instituciones o para hacer de ella una actividad lucrativa.
El paso a paso
– En primer lugar, es necesario recolectar todo el papel que se va a utilizar.
– Luego, se debe separar y clasificar según su naturaleza (bond, glasé, cartón o periódico).
– Después, debemos limpiarlo para quitarle grapas y pegamentos.
– Seguidamente, se procede a romper, picar o rasgar en trozos más pequeños.
– Luego, el papel picado se pone a remojar durante una semana en un envase grande con abundante agua y cloro. En proporciones, serían 2 litros de cloro por cada pipa de agua.
– Después, se licúa la mezcla hasta convertirla en una especie de pasta.
– Acto seguido, se preparan y acondicionan los materiales con los que se les dará color y textura al papel, limpiándolos, remojándolos, hirviéndolo, mechándolo o licuándolos según se requiera.
– Luego se le añade más agua a la pasta de papel.
– Después, se unen la pulpa de papel con los diferentes ingredientes que se le añadirán y se remueve para mezclar bien.
– Luego se sumerge el bastidor en la mezcla, se le escurre un poco el agua y se le retira el marco.
– Seguidamente, se le quita el exceso de agua con una goma espuma y se voltea el bastidor sobre una tela en la cual quedará adherido el papel.
– Después, la dupla tela/papel se guinda en la cuerda y se deja secar libremente.
– Finalmente, se aplana con un rodillo, prensa o tablas de madera, se despega el papel de la tela y se corta como deseemos.
“Antes de comenzar el proceso de elaboración de papel artesanal, es indispensable tener a la mano una pipa de agua, recipientes de diferentes tamaños, un rodillo, una licuadora, algo que funcione como prensa, un bastidor con marco, varios trozos de tela, una cuerda para colgar y ganchos de ropa”
“Para darle color y textura al papel artesanal, se pueden utilizar infinidad de materiales como remolacha, manzanilla, ruda, café, avena, barba de jojoto, flores de trinitaria, escarcha, granos caducados, medicinas vencidas, hilos, fibras de cocuiza, vástago de cambur y muchas cosas más”
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