La Vinotinto levanta vuelo esta tarde. El pitazo inicial suena a las 4 y 30, en el CTE de Cachamay, y echa a andar la ilusión y esperanza de 30 millones de almas que sueñan con ver a su selección en un mundial de fútbol.
El rival de turno, en el inicio del camino hacia Rusia 2018, es Paraguay, un oponente directo en la lucha por los pasajes disponibles (cuatro a la fase final y uno a repechaje) y frente al cual tiene la obligación de sumar los tres puntos para defender la localía como corresponde y dar el primer paso hacia el objetivo que persigue desde hace años y que en el ciclo anterior se escapó por una exigua diferencia.
Salvo la salida de Juan Arango por decisión propia -se retiró de la selección el mes pasado tras el amistoso contra Panamá- la plantilla de la oncena nacional no sufrió mayores cambios con respecto a los nombres que usó en el anterior proceso eliminatorio, en el que, bajo el mando de César Farías, finalizó en la sexta plaza, a solo cinco puntos del cuarto y quinto lugar, ocupados por Ecuador y Uruguay, los que completaron el grupo de clasificados por el área suramericana al mundial realizado en Brasil.
El timón ahora lo maneja Noel Sanvicente, el entrenador con más títulos en el balompié profesional venezolano y que a sus 51 años le hace frente al reto más importante de su carrera, porque no tiene otro camino que guiar al plantel al ticket mundialista.
Heredó del anterior ciclo una base importante de jugadores que incluye a Salomón Rondón, Tomás Rincón, Luis Manuel Seijas, Oswaldo Vizcarrondo y Roberto Rosales, mientras que agregó valores como el portero Alaín Baroja, el atacante John Murillo, más los mediapunta Christian Santos y Jeffren Suárez, dos futbolistas formados en el exterior y que se estrenan con la camiseta vinotinto en competencias oficiales.
Sanvicente ya tuvo una especie de primer “test” con la oncena criolla y no le fue del todo bien. Ocurrió en la Copa América de este año, celebrada en Chile entre junio y julio, que cerró con un triunfo ante Colombia y derrotas frente a Perú y Brasil, lo que desembocó en una eliminación tempranera.
Es historia reciente, pero ya superada. Es página pasada. El DT y los jugadores dicen que ya aprendieron de los errores e hicieron las correcciones para acometer una eliminatoria en la que el margen de error es mínimo y que demanda de buenos resultados en casa para incrementar las posibilidades.
De allí a que el duelo de hoy, más allá de ser el primero de los 18 insertados en el calendario, sea tildado como clave, como lo advirtió el mismo Sanvicente.
“Hay que ganar aquí ante Paraguay sí o sí. Va a ser importante iniciar con un triunfo”, destacó el seleccionador criollo en la rueda de prensa previa al desafío de estreno, en la que también indicó que “el equipo está buscando sacar la mayor cantidad de puntos en casa”.
La única ausencia de peso en el elenco nacional es la del lateral y defensa Fernando Amorebieta, quien arrastra un partido de sanción de la Copa América. Su lugar será ocupado por Gabriel Cichero, según adelantó el DT.
De resto, Sanvicente utilizaría la base del once que usó en el certamen copero, con la encomienda de detener el juego aéreo de los paraguayos, en un duelo que, como suele decirse en el lenguaje del fútbol, vale más que tres puntos.
