La oscuridad de la noche llega a Venezuela antes de que el ciudadano arribe a su hogar. Con el cambio de huso horario de 2007, algunos expertos afirman que en lugar de ganar horas luz, estas se perdieron, lo cual podría exigir un mayor consumo de emergería.
Los ingenieros Joe Carrillo y Antonio Patiño, de la Comisión Eléctrica Nacional del Colegio de Ingenieros de Venezuela, sostienen que en aquel entonces el Gobierno corrió el huso horario hacia el oeste, y no hacia el este, como lo habían recomendado algunos especialistas.
Con esta decisión no se aprecia un retraso de la oscuridad. Muy por el contrario, se adelantó. Cada vez, las personas salen de la casa hacia el trabajo en horas de la mañana y con un sol impresionante, que parece propio de horas del mediodía, aunque se trate de las 7:00 de la mañana. Caso opuesto a la salida de la faena laboral, cuando el astro rey ya se ha ocultado, lo cual no sólo genera un efecto eléctrico y económico, sino también psicológico y social, con alcances en el tema de la seguridad.
Ante esta realidad, Carillo y Patiño sostienen que es necesario revertir el cambio de huso horario, medida tomada por el fallecido presidente Hugo Chávez. Con ello se ahorraría 20% en el consumo energético venezolano, reserva que resultaría conveniente en medio de la latente crisis eléctrica, reconocida por el Gobierno nacional, con la aplicación de planes de racionamiento o cortes intempestivos del servicio.
Revertir la medida es una de las recomendaciones de la Comisión Eléctrica Nacional.
Se desplazarían los consumos
Patiño explicó que el ahorro energético se produciría porque se desplazarían dos de los consumos que se producen entre las 6:00 de la tarde y las 8:00 de la noche, con los cual se evitaría una sobrecarga del Sistema Interconectado Nacional.
“A partir de las 6:00 de la tarde, se sale del trabajo a la casa y si se llega a oscuras, se encienden todas las luces y los aires acondicionados, mientras las oficinas aún se encuentran trabajando. Si oscureciera más tarde, se arribaría al hogar con la luz del día y no habría necesidad de consumir tanta energía, lo cual desplazaría este consumo, para que no coincida con el de las oficinas”, explicó Patiño, quien a su vez comentó que se trata de un gasto innecesario de energía.
Este pensamiento, históricamente, ha tenido sus defensores, como Benjamín Franklin, quien propuso por primera vez en el siglo XVII el horario de verano moderno para consumir menos velas, al igual que en 1916, durante la Primera Guerra Mundial, cuando se planteó una respuesta similar para el ahorro del carbón.
Por tanto, Carillo y Patiño expusieron que el ajuste del huso horario sería una maniobra que intentaría desplazar el “pico” de consumo, que se produce cuando las personas comienzan a llegar a sus hogares, entre las 6:30 de la tarde y las 9:00 de la noche.
Vale destacar que insistieron que el pico de consumo más elevado del día se registra entre la 1:00 y las 3:00 de la tarde, por tratarse del punto más caliente de la tierra.
Establecer la variación
Sobre si en Venezuela se debiera aplicar un huso horario alterno, según la temporada del año, puesto que, aunque no hay estaciones, existen meses de mayor o menor oscuridad, Carrillo expresó que esto aliviaría el impacto social y ayudaría a tener un uso más eficiente de la luz del día y la energía. Sostiene que los periodos pudieran establecerse desde septiembre hasta marzo una hora menos, para luego retomar el ciclo.
Pérdidas económicas
Los miembros de la Comisión Técnica Nacional destacan que en países como Francia, existen múltiples tarifas de servicio de electricidad, de acuerdo con el horario de producción, puesto que la generación nocturna implica un incremento por gastos especiales a los trabajadores, lo cual, llevado al contexto venezolano, podría ser visto no sólo como un derroche energético, sino también económico.
Carrillo acotó que ajustes en las tarifas, como el mencionado, ocasionó que cada vez más empresas de producción 24 horas, acrecentaran sus labores en horas del día, por ser más económicas que en la noche.
Vale destacar que con la última modificación de la Ley de Trabajo, tal planteamiento también tendría lógica en Venezuela, puesto que si bien los equipos son los mismos, existe una incidencia en el salario de los trabajadores del 40%, que también afecta los gastos de la empresa.