«Hay que venerar a los innovadores». Andrés Oppenheimer- Periodista.
Pregunta. La tolerancia con el fracaso parece incompatible con la mentalidad de los países hispanoamericanos.
Respuesta. Crucificamos a los que fracasan. No entendemos que toda innovación es el último eslabón de una gran cadena de fracasos. En Silicon Valley, los emprendedores presumen del número de nuevos negocios que han llevado a la bancarrota antes de contarte sus nuevos proyectos. Todos los grandes innovadores han fracasado mil veces. Edison hizo más de mil intentos seguidos antes de inventar la bombilla. Los hermanos Wright se estrellaron 163 veces antes de su primer vuelo tripulado exitoso. No solo penalizamos socialmente el fracaso, sino también legalmente. Las leyes de quiebra, en la mayoría de nuestros países, aniquilan a veces de por vida a los emprendedores que fracasan en el intento.
Pregunta. ¿Cómo se puede cambiar esa mentalidad?
Respuesta. Con campañas públicas de concientización, creando admiración por los innovadores. Tendríamos que premiar al que inventa algo, a cualquiera que destaque en el campo de la ciencia y la tecnología de la innovación. Ya sea un científico o un cocinero, como el caso que cuento en el libro del chef peruano Gastón Acurio. Creo mucho en las campañas. Los Gobiernos no van hacer mucho. Hace falta la voluntad de las empresas, los académicos, los periodistas, etc.
Pregunta. Estuvo visitando Silicon Valley para documentarse.¿Qué aprendió?
Respuesta. Antes las personas creativas iban donde estaban las empresas, ahora son las empresas las que van donde está la gente creativa. Esos sitios donde florecen los poetas, los pensadores, los cineastas son lugares de gran diversidad étnica, sexual y de tolerancia con todo aquel que qué es y piensa diferente. Eso es Silicon Valley. Pero no podemos quedarnos en eso. También hay que tener en cuenta que Silicon Valley tiene la Universidad de Stanford, que es una de las mejores del mundo, y mucho capital de riesgo. Y se venera a los innovadores.
Pregunta. Mientras en otros países, como destaca en su libro, los modelos son los futbolistas o los cantantes.
Respuesta. Nuestro drama es que nosotros veneramos únicamente a los futbolistas y no a los científicos y los innovadores. En los países hispanoamericanos tenemos 10 millones de niños que quieren ser el próximo Iker Casillas, pero no tenemos 10 millones de niños que quieran ser el próximo premio Nobel de Química. Nos falta esa cultura de veneración por los innovadores. Y si no creamos esa cultura, no vamos a tener grandes innovadores.
Pregunta. ¿Qué papel desempeña la política?
Respuesta. Algunos dirigentes viven en un planeta irreal. Están totalmente desconectados del mundo, de la economía del conocimiento, donde los países que progresan son los que saben que el trabajo mental vale cada vez más y que el trabajo manual vale cada vez menos. Hace poco me compre una polo de Ralph Lauren en Miami por 85 dólares. Estaba hecha en Perú. Apenas el 8% de ese dinero va destinado al fabricante, y el resto se lo queda la Ingeniería textil, el diseño, la distribución, marketing, marca, etc, todo producto de la economía del conocimiento.
Pregunta. ¿Cómo debería ser la educación?
Respuesta. Vamos a las llamadas escuelas al revés. Nosotros íbamos al colegio durante el día y hacíamos los deberes en casa. Ese es un sistema de inequidad. Si tienes la suerte de tener padres formados o que puedan pagar un profesor, tienes ventajas con respecto a los niños que no cuentan con estos respaldos. Muchos acaban siendo expulsados de la escuela. El modelo del futuro va a ser al revés: vas a estudiar en tu casa a tu ritmo. Hay gente que le gusta estudiar de mañana,a otros de tarde, caminando, en la cama, etc. Después irás a la escuela a hacer los deberes con la ayuda de tu profesor y compañeros. Eso va a ser mucho más efectivo.
Definitivamente, el cambio va a venir de abajo hacia arriba.
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