La selección de Venezuela recibió a los jugadores que militan en el fútbol europeo y ejecutó su primer trabajo con el grupo completo para encarar este jueves a su similar de Paraguay en el partido que marca el estreno en las eliminatorias suramericanas al mundial de Rusia 2018.
Catorce (14) futbolistas que hacen vida en el viejo continente se reunieron en Lisboa (Portugal) para abordar un avión pagado por la Federación Venezolana de Fútbol (FVF) que los trajo directo a Puerto Ordaz, sede del primer duelo eliminatoria, el jueves a las 4 y 30 de la tarde.
El grupo es encabezado por Salomón Rondón, delantero del West Bromwich de Inglaterra, Tomás Rincón, volante del Génova de Italia, y Roberto Rosales, lateral del Málaga de España, sin olvidar las novedades de Christian Santos (NEC Nimegen de Holanda) y Jeffren Suárez (Eupen de Bélgica), quienes vienen de anotar dobletes en sus respectivas ligas y que tienen la oportunidad de estrenarse como vinotintos en competiciones oficiales.
El avión aterrizó en el aeropuerto guayanés sobre las tres de la tarde, tras lo cual los jugadores se acomodaron en el hotel y en horas de la noche entrenaron en el césped del Cachamay. La sesión, como era de esperarse, fue ligera en intensidad y estuvo marcada por ejercicios de recuperación para los recién llegados, a la espera de que este martes el DT Noel Sanvicente ya comience a plasmar en el terreno de juego el once abridor y plan estratégico para contener y derrotar a Paraguay, llamado a ser uno de los rivales directos de la Vinotinto en la lucha por una de las cuatro plazas al mundial o el boleto de repechaje.
La plantilla de legionarios también incluye a Luis Manuel Seijas, Franklin Lucena y Alejandro Guerra, quienes intervienen en la vecina liga de Colombia y que llegan con un buen presente.
La oncena nacional encara este estreno con expectativas y la necesidad de sumar los tres puntos firmar un comienzo firme en un ciclo que impone mayores exigencias por el regreso de Brasil y demanda de una vez por todas la consecución del gran objetivo, la clasificación mundialista, después de años de avance sostenido y la amargura de haber quedado a un paso en el proceso anterior. De allí a que el careo contra los paraguayos, pese a ser el primero, revista tanta importancia.