En 1999 William Manuel Mendoza se vino de Caracas huyendo de la delincuencia. Consideraba que la capital era muy peligrosa y quería vivir con su familia en un lugar tranquilo, donde pudiera progresar en sus proyectos. Con su esposa e hijos se instaló en la zona oeste de Barquisimeto, en un sector conocido como El Tostao.
En la ciudad que eligió para vivir, fue asesinado este lunes a las 7:30 de la mañana por antisociales que quisieron robarlo.
Lo interceptaron mientras conducía una camioneta Chevrolet Silverado año 2012 por la avenida principal de Ruiz Pineda I. Aparentemente la víctima se opuso al robo y pisó el acelerador, por lo que los hombres le dispararon en la región frontal. Los vecinos dijeron que eran tres los malhechores.
Por el impacto, Mendoza, de 42 años de edad, perdió el control del vehículo y se estrelló contra una pared perimetral de una vivienda en la calle 1 con vereda 7-A y finalmente la camioneta volcó. Quince minutos después se acercó una comisión policial y una ambulancia, pero ya no respiraba.
William era socio de la línea de transportes Altagracia, que cubre ruta Barquisimeto–San Felipe– Puerto Cabello. Hace 16 años comenzó como avance, luego reunió dinero para comprar su propio autobús y hace menos de un mes había comprado el cupo en la línea para finalmente ser socio.
Repartía cauchos
“¿Cuándo se veía que mataran a uno por unos cauchos?”, se preguntó Nesler Paredes, compañero de trabajo.
El viernes en la tarde los transportistas de la línea compraron 14 cauchos en la Proveeduría de Insumos y Repuestos ubicada Estación Central Simón Bolívar de Transbarca.
William Mendoza fue encomendado para repartirlos a los socios el lunes en la mañana por la facilidad de transportarlos en el cajón de su camioneta. En eso estaba.
Su compañero y allegado a su familia, presume que Mendoza estaba terminando de entregar los cauchos pero cree que los delincuentes lo “tenían pillado” y en el momento en que atravesaba la avenida principal, lo sometieron.
En el sitio se rumoró que traía una fuerte suma de dinero en efectivo, pero cuando llegaron los efectivos del Cuerpo de Investigaciones Científicas Penales y Criminalísticas (Cicpc), el dinero ya no estaba, tampoco los cauchos.
Los familiares no llegaron al lugar del suceso. Unos conocidos llamaron a su casa pero contestó su hija, de 18 años de edad, y prefirieron no darle la noticia por teléfono porque la joven sufre de problemas cardíacos.
Quienes sí fueron apersonándose en el sitio fueron sus compañeros de trabajo. Se abrazaban y lloraban; han vivido un año muy duro, en 2015 tres compañeros transportistas han sido asesinados.
Inspección en el sitio
Una comisión de la División de Homicidios del Cicpc estuvo en el sitio donde colectó evidencias, inspeccionó la camioneta, cuyo parachoques y vidrios quedaron destrozados. El vidrio del lado izquierdo, el del piloto, tenía un orificio causado por el paso del proyectil.
El cuerpo fue trasladado a la morgue del Hospital Central Universitario Antonio María Pineda, se espera que hoy sea entregado a sus familiares.
