Lo construyeron hace 10 años, pero hasta ahora no ha recibido ninguna dotación de insumos médicos, mobiliario y tampoco cuenta con personal asignado. Esa es la realidad del dispensario tipo 1 ubicado en el caserío Turturia del municipio Torres, una obra muy necesaria para la comunidad y que ha sido olvidada a su suerte.
Ya las paredes muestran grietas significativas en la parte frontal, las tejas comienzan a desprenderse y el suministro eléctrico es robado, no oculta un par de cables conectados al tendido de la calle, lo que, además de ser un delito, representa un peligro latente de electrocutarse.
Jackleline Rodríguez, residente de Pozo Guapo, explicó que el centro de salud nunca ha funcionado porque “no lo han dotado ni con una jeringa. Cualquier niño de aquí que esté deshidratado tienen que llevarlo a Carora, porque ahí no hay nada para atenderlo”.
“En la comunidad viven personas capacitadas para trabajar allí, pero cómo lo hacen si no cuentan con nada. Esas sillitas que se ven en la entrada son porque les hicieron una fiesta a los niños de preescolar de la escuela, de resto no va a encontrada nada”, puntualizó.
Rodríguez aseguró que los habitantes de Pozo Guapo y sectores aledaños han solicitado en reiteradas ocasiones a la Alcaldía de Torres que active el dispensario, sin embargo, “nadie viene”.
Sostuvo que de comenzar a funcionar el centro de salud se beneficiarían muchos caseríos. “Aquí viven personas de la tercera edad, que necesitan ir a un ambulatorio, a inyectarse o porque le mandan un tratamiento, y deben trasladarlas a Carora”, dijo.
A juicio de la dirigente vecinal, “los políticos se olvidaron de Turturia, ni siquiera vienen a ver qué es lo que está pasando”, pese a las innumerables peticiones canalizadas por los habitantes.