La semana pasada estuvimos en Caracas haciendo diligencias personales. En un centro comercial una señora que estaba haciendo la cola para comprar productos de primera necesidad nos comentaba: “Mire señor, yo le voy a decir la verdad, a mi Chávez me dio todas las misiones, en mi casa no se trabajaba. Mis hijos iban a la escuela porque allí tenían desayuno, almuerzo y merienda. Todo eso se acabó. Ya no les dan comida porque se la robaron. Ya no dan la plata de las misiones porque también se la robaron. Mis hijos este año no van a estudiar porque en la casa no hay comida. Yo les preparo cinco termos de café en la mañana para que los vendan y poder comer. Pero yo le voy a decir algo; si se roban las elecciones el seis de diciembre, los cerros van a bajar. Yo vivo en el cerro y sé lo que le digo”. Un señor que estaba detrás de la señora, con lagrimas en los ojos me dijo: “No hay derecho que estemos pasando esta situación en este país tan rico. Yo también vivo en el cerro, y se lo aseguro amigo, que los cerros van a bajar si no reconocen el triunfo de la oposición. Esto se acabo. No podemos seguir así. Pasando hambre mientras ellos se roban nuestra plata”…
Este dialogo en el corazón del centro del poder político del país nos ilustra sobre la situación de desesperación del pueblo venezolano en relación a la precaria situación de escasez y hambre en la cual no ha hundido el régimen de Hugo Chávez, Nicolás Maduro y Diosdado Cabello. La primera lectura que se desprende de esta cruda realidad, es que el pueblo apoya a quien le da. Mientras le regalaban plata y comida, el pueblo apoyó al régimen. Es obvio que en un país con serios problemas estructurales y culturales, se degenera en distorsiones de este tipo. Políticos sin formación de ninguna naturaleza que entienden la política como eventos electoreros para ganar elecciones y medrar de la ubre del estado durante un tiempo determinado. Es decir, el resuelve. No piensan en el devenir histórico ni mucho menos en la necesidad de construir paradigmas productivos tendentes a educar al pueblo para el trabajo, en el marco de códigos éticos de responsabilidad ciudadana, así como solidaridad y complementariedad de clases…
La segunda lectura tiene que ver con la posibilidad certera de ganar aplastantemente las parlamentarias. De esta realidad posible surge la interrogante obligada: ¿Para qué vamos a ganar. Para continuar sobre bases de sustentación inciertas que diluyan las bondades estratégicas del país en populismo y despilfarro. O comenzaremos un proceso histórico de reconstrucción institucional tendente a producir los cambios estructurales y democráticos requeridos?. No resultará nada fácil para los factores democráticos estructurar estos cambios sin sobresaltos sociales. El desafío es enorme y el compromiso generacional es histórico. ¡Claro que lo podemos hacer!. De nosotros depende…
Mis comentarios:
-El viernes 2 de octubre se inauguró la primera etapa del proyecto del economato del Colegio de Ingenieros del estado Lara.
-Laboratorio clínico con equipos de última generación y 5 consultorios médicos marcan la diferencia de una gestión comprometida con la atención a la familia de los colegas…
-Invitamos a todos los colegas y público en general a visitar nuestras instalaciones…
El hombre pobre que oprime a los débiles es como lluvia torrencial que deja sin pan…(proverbios 28:3)