Hace un par de semanas en una conversación “entre verdaderos panas” de repente nos encontrábamos hablando de estar en forma: empezó Luis contándonos sobre sus rutas en bici, Leo del mejor horario para ir al gym, Irene de sus clases de yoga. Luego hablamos de alimentación y hasta compartimos algunas recetas saludables; las bromas empezaron a invadir la tertulia, risas, bromas y más risas, luego un silencio que Ana rompió diciendo: “yo estoy harta de este tema, es que estoy estancada, no sé qué pasa. Por un tiempo estaba muy animada con mi dieta y los ejercicios pero ahora no avanzo ni con el peso, ni veo cambios en mi cuerpo… no entiendo porque a mí no me funciona…”
Otro silencio y luego muchas frases alentadoras y motivadoras, todas con la intención de darle el mejor de los ánimos a nuestra Ana.
Este tema me estuvo rondando la cabeza desde ese día. Paradójicamente, hoy en día hay mucha información disponible sobre rutinas de ejercicios, planes de alimentación, consejos y tips para estar fit, montones de cuentas en las redes sociales que estimulan y promueven un estilo de vida saludable y sin embargo dudas como las de Ana le quitan el sueño a más de un mortal:
-¿Qué es lo que no está funcionando?
-¿Qué me impide avanzar?
-¿Qué estarán haciendo otros que yo no hago?
-Me funcionó por un tiempo pero… ahora estoy estancado, desmotivado.
-¿Cómo hago para realmente estar en forma para siempre?
-¿Por qué se me hace tan difícil?
Bueno aquí les va mi inyección de motivación y de realidad.
La respuesta que todos buscan a estas preguntas es la auto eficacia, si…la auto eficacia… nuestra propia percepción sobre nuestra capacidad para realizar con éxito una determinada tarea y que por tanto, dirige nuestro curso de acción. Es decir, que si te ves a ti mismo como una persona capaz de lograr llevar un estilo de vida saludable, estás (por así decirlo) más cerca de lograrlo. Esta idea lo que nos recuerda es que la mente es muy poderosa, tanto que puede ayudarnos a hacer cosas increíbles.
Todos podemos identificar los objetivos que queremos lograr o los aspectos de nuestra vida que nos gustaría cambiar. Sin embargo, no todos creen que convertir estos planes en acciones sea algo fácil. Y estamos hablando de que para alcanzar un estilo de vida saludable no sólo habrá que tener un plan nutricional y de ejercicio, sino también un plan de estrategias emocionales, orientadas a sentirnos capaces de lograrlo.
El punto clave está en que una vez que decidimos bajar de peso, hacer ejercicio regularmente o participar en una competencia deportiva debemos mejorar nuestra expectativa de éxito en función de los recursos disponibles. Y nosotros mismos somos parte de los recursos disponibles. Cada quien debe conocerse para emprender cualquier proyecto. A partir de ese conocimiento sobre ti mismo es que vas a organizar todo tu plan de acción, tal cual, como el estilo de vida y cantidad de ejercicio debe condicionar tu plan de alimentación, tú forma de ser debe orientar las estrategias. Por ejemplo, algunos podemos comprar un chocolate y administrar los cuadritos para varios días y otros no podemos tenerlo en la despensa porque “necesitaríamos” comerlo inmediatamente. De manera que conociéndote y tomando en cuenta tus características personales puedes diseñar mejor el plan de acción.
También resulta muy útil dividir esa meta en otras más pequeñas, ya que, así estarás dándote la oportunidad de disfrutar de esos pequeños logros y demostrarte a ti mismo que eres capaz y estarás reforzando positivamente tu auto eficacia.
Para el camino que vas a recorrer utiliza todas las frases de auto persuasión y auto motivación que tengas en el bolsillo, esto es un buen ingrediente para procesar la información que vas recibiendo, algo así como ponerse unos lentes positivos para mirar el panorama mientras estas en ese autobús.
Con respecto a las dificultades y tropiezos que puedas conseguirte les dejo una de mis palabras favoritas de vida: ¡reencuadra! Empieza a ver los problemas como desafíos, oportunidades de aprender, de mejorar y reinvéntate, siempre hay una salida diferente disponible cerca de ti. Nuevamente, desarrolla un pensamiento positivo. Para transformar lo que te impide avanzar en acciones productivas… ¡Te deseo mucho éxito, cree en ti!
Alejandra Pardi
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