Esta política de protección del gobierno a la industria cañera y del aguardiente, se mantuvo durante toda la administración y el 27 de febrero de 1871 en una resolución firmada por Jacinto Gutiérrez, encargado de la presidencia de la República, se hace constar la ineficacia de las leyes contra el contrabando cuando habla “sobre el tráfico clandestino que desde tiempo atrás viene haciéndose en Oriente con el rom (sic) y azúcar de las Antillas, artículos de prohibida importación por nuestro Arancel de Aduanas, que sólo permite la del primero, cuando viene en botellas, gravándolo con un fuerte derecho de 30 centavos el kilogramo”.
Agrega más adelante la resolución:
“Ese fraudulento abuso es tanto más grave, cuanto que se practica amparado con documentos legales – guías de cabotaje, como burla de la prohibición y perjudicando a la vez el Tesoro público y a la industria nacional cañera, que la ley quiso favorecer con su protección.”
Esta Resolución dispuso solicitar a las aduanas de Cumaná, Barcelona, Carúpano, Ciudad Bolívar, Juan Griego y Pampatar, informes detallados sobre las embarcaciones que hubiesen entrado a puerto desde el 1º de noviembre de 1871 con indicación de fechas, nombres de sus capitanes, consignatarios, copias de las guías. Además se tomaron otras medidas tratando de evitar futuras acciones delictivas en perjuicio de esta industria.
XI. Cocuy en la historia y la literatura
1. En la Campaña Admirable
Narra en sus Memorias el Dr. José de la Cruz Limardo, patriota fervoroso que en 1813 el Coronel José Félix Ribas y el Dr. Vicente Tejera, sus amigos personales, al llegar a El Tocuyo y encontrarlo residenciando allí, lo nombraron Auditor de Guerra, o algo parecido, pasando a formar parte del ejército patriota que poco después se enfrentaría a fuerzas españolas considerablemente mayores y mejor equipadas, en el sitio de Los Horcones, un lugar entre Quíbor y Barquisimeto. El Dr. Limardo narra lo que mucho interesa a esta exploración sobre el cocuy:
“Salimos –dice- del Tocuyo en tren de combate el 15 de julio. Pernoctamos en Quíbor. El patriota Pedro Pérez me dio un hombre de confianza que presenté a Ribas a las 6 de la tarde al momento de llegar. Este, ensayado por Ribas y Tejera fue de espía a Los Horcones vendiendo aguardiente. Regresó a las cuatro de la mañana.” (Iribarren Celis, 1952, p.44)
Ciertamente que Limardo no dice que este espía patriota simulara vender cocuy pero esta era la bebida alcohólica del pueblo y la que el mismo pueblo destilaba en rústicos alambiques campesinos. La caña en cambio era considerada bebida más refinada, destilada y vendida por los hacendados de la región, lo que nos convence que aquel “hombre de confianza” del patriota Pedro Pérez, se ocupaba de vender cocuy por los alrededores de Quíbor.
Y eso pondría al Cocuy de Agave en el escenario inmortal de Los Horcones donde los patriotas conquistaron un triunfo hasta la liberación de Venezuela.
2. El cocuy de los Ayamanes de Atarigua
Esto sucedió en tiempos posteriores a la Guerra Federal; es decir, después de 1863 y aunque don Cecilio Zubillaga, de quien tomamos la información, lo pone como ejemplo de los difíciles días que vivió la República cuando, traicionada la Revolución zamorana, los hombres del pueblo que con tanto fervor participaron en ella tratando de obtener la justicia y bienestar que no obtuvieron, a pesar de sus extraordinarios sacrificios en bienestar y vidas, desesperaban ante el nuevo engaño, pero nos interesa, a los fines de este trabajo, mostrar la presencia del cocuy en la anécdota referida.