Ronny Ramón Cordero Escalona, de 21 años de edad, fue ultimado de un tiro en la región temporal derecha, este miércoles a las 10:00 de la noche en la 21 entre 3 y 4 de Cerritos Blancos, oeste de Barquisimeto.
Esa noche, cuando Ronny le preguntó a su mamá qué había para cenar ella le dijo que pollo y arepas, pero él prefirió ir al kiosco a comprar empanadas. Su amigo y la novia de éste lo llevaron en un carro y lo dejaron en el local mientras ellos daban la vuelta a la manzana porque no había puesto para estacionarse. El joven pidió las empanadas para llevar, pagó y en el momento en que dio la vuelta para esperar a sus amigos y regresarse a su casa en Rafael Linárez, un antisocial le disparó, ocasionándole la muerte instantáneamente.
Cuando los compañeros regresaron lo encontraron tendido en la acera. La señora del kiosco cerró la ventana y no quiso emitir comentario sobre el hecho por temor a represalias. La esposa de la víctima, con seis meses de gestación estaba desconsolada. Dijo que el joven estaba ansioso por la llegada de su segundo bebé, la primera es una niña de dos años de edad.
Trabajador de la misión
El occiso era latonero y también trabajaba como conductor para la Gran Misión Barrio Nuevo Barrio Tricolor, viajaba a otras ciudades para hacer el traslado de materiales de construcción. El martes a las 9:00 de la mañana regresó de Caracas y ayer tenía planeado otro viaje con su grupo de trabajo.
Su esposa, Mileidy Jiménez, lo describió como una persona muy responsable, trabajador, cuyo único pecado era que le gustaban las fiestas los fines de semana. Nunca tuvo que rendirle cuentas a la justicia pero en este crimen, el móvil de la venganza cobra mayor fuerza.