Si bien es cierto que una cosa es hacer chistes para olvidarse de las tristezas y otra utilizar el humor para entender la realidad, hemos de aceptar que en muchas ocasiones se solapan y funcionan como una versión de las muñecas rusas. Solía ocurrir con algunos chistes gruesos de la desaparecida “Radio Rochela” que burló no pocas veces la censura de funcionarios cuya imaginación era bastante limitada.
La risa es una de las cualidades más humanas. Tanto, que nadie ha visto reír a ningún animal, aunque no falte quien atribuya a las hienas carcajadas horrorosas. Asunto atribuible a otra cualidad humanísima: la capacidad de imaginar cualquier cosa, aún en las situaciones más insólitas. Esto explica por qué el Poder y la religión no soportan el humor. Su alianza con la imaginación desborda cualquier dogma y fanatismo; cuestiona lo terrenal y lo divino; lo sagrado y lo profano, logrando evadir cualquier intento de coerción de la imaginación al “literalizar” los diversos sentidos de una palabra, frase, chiste o caricatura, y concretar en una imagen verbal o plástica lo que se pretende coartar.
En la historia política venezolana, “bagre” quedó como una estupenda síntesis de Gómez que remite a su físico y a sus costumbres alimenticias. Cuando la dictadura perezjimenista estaba en su esplendor, una canción popular, “La múcura”, generaba sospechas sobre quien la cantaba, pues aludía a una vasija de barro cuyo peso era insoportable.
“Cantante es el que puede y cantor es el que debe”, decía Facundo Cabral, aludiendo a la fuerza del canto, asunto que en América Latina es harto conocido. Víctor Jara no dejó de cantar en el estadio después de ser quebradas sus manos sino al recibir decenas de disparos. La canción “A pesar de vocé” de Chico Buarque, le valió su exilio pero fue cantada a viva voz por las muchedumbres, al caer la dictadura militar en 1985. La letra de nuestro himno nacional, se resguardó en plena lucha independentista bajo los aires musicales de una canción para dormir a los niños.
Desde que se establecieron los mecanismos de poder dentro de las sociedades, antes que el establecimiento del Estado, la censura fue una de las vías para acallar la disidencia y el pensamiento plural. Primero religiosa y luego política, se invocó la moral como excusa. Una vez inventada la imprenta, se crearon listas de libros prohibidos. Asunto que alcanzaba a las clases ilustradas,por alfabetizadas. Durante siglos en occidente, el cristianismo condenó la risa como una expresión pagana, de griegos y romanos,ejercida a través dela comedia y de figuras retóricas como la parodia y la ironía.
Muchísimos libros terminaron en la hoguera. Una de ellas, encendida por los nazis en 1933, es bastante ilustrativa. Contenía títulos provenientes de la filosofía, ciencia política, psicoanálisis y la literatura. Siglos antes, la censura había prohibido a Rabelais, La Fontaine, Descartes, Montesquieu, Copérnico, Darwin y Las Mil y una Noches. Ulises de Joyce, por las mismas razones de Miller, sería prohibida por 12 años en EEUU.
Hoy es más complejo ejercer la censura a menos que se trate de sociedades cerradas a la tecnología o teocráticas. Sin embargo hay ejemplos emblemáticos de cuando se impone la ignorancia en sociedades tecnocráticas: TomSawyer, de Mark Twain, fue censurado en algunas bibliotecas de USA por no ser buen ejemplo y Caperucita Roja fue prohibida endos escuelas de California porque llevaba una botella de vino en su cestita. O el oscurantismo ideológico chino que prohibió “Alicia en el país de las Maravillas”, libro que en realidad es un tratado de lógica…
Al mismo ritmo que avanza la tecnología de la información, avanza la censura de los medios de comunicación. Al parecer, el hombre que piensa o ríe es sojuzgado por el que reprime y silencia, quien olvida que desde que el ser humano tuvo acceso al lenguaje, ha sido capaz de imaginar, recordar, añorar y reir. Asunto muy humano y por simbólico, intangible y en consecuencia, inapresable.
