La crisis por el agua en el municipio Torres mantiene desesperado a sus habitantes que ya no encuentran qué hacer ante la ausencia del vital líquido, que se ha agudizado en los últimos meses por la sequía que se vive en el país llevando al embalse Los Quediches a un nivel más bajo de sus límites.
A ello hay que anexarle la demora en la sustitución de la vieja tubería matriz que tiene más de 50 años, según lo denunciado por las autoridades regionales, pero que también se ven perjudicados por las tomas ilegales en las diferentes zonas de la localidad.
Los habitantes mientras esperan que los organismos competentes (Hidrolara y ministerio del Ambiente) ejecuten medidas que realmente les den una solución, se mantienen “casando el agua” como lo relató Jesús Pinto que vive en el sector La Guzmana y aprovecha de llenar los tobos, los pocos días que llega el servicio y no dura ni dos horas, que generalmente es en horas de la madrugada. Afirma que ya no aguanta la escasez porque en ocasiones no tienen ni para el consumo.
Situación similar es la que viven los habitantes del barrio Canta Claro, que desde hace un mes dejaron de recibir agua y se ven obligados a pagar camiones cisternas para poder cubrir sus necesidades, pero ese es otro de los problemas que se suman a la lista que padecen los habitantes de Torres, ya que el constante pago para tener el vital liquido para muchas familias es muy limitado ante la crisis económica del país.
Seguro Cordero, habitante del sector, dijo que los camiones cisternas cobran entre 5 mil y 7 mil bolívares para llenar un tanque, dependiendo de la distancia que deba recorrer hasta el sector. En el caso de los tobos deben cancelar de 500 a 700 bolívares.
“Me siento cansada con cada trasnocho, porque debo estarme levantando de madrugada para ver si llega el agua”, dijo Lorena Hernández, quien piensa cada vez que debe lavar la ropa porque teme gastar el agua sin saber cuándo le llegará.