Lo del título de esta columna quedó fortalecido en el encuentro en Quito de los presidentes Nicolás Maduro y Juan Manuel Santos. Si algo positivo se dio de siete puntos aprobados fue el retorno inmediato de los respectivos embajadores. Pero solo extraprograma el mandatario de la vecina República habló del narcotráfico, contrabando y bandas criminales, y además enfatizó violación de su espacio por Fuerza Aérea Venezolana. Nada de apertura de fronteras.
¿Por qué no dicen de familias agredidas, despojadas de sus casas y bienes; sobre secuestros y extorsiones de las FARC que utilizan a Venezuela como cautiverio?, preguntó el ex presidente Álvaro Uribe, quien se unió a sus colegas ex mandatarios César Gaviria y Andrés Pastrana en las protestas.
Según Santos, Maduro “rompió reglas del juego” al tomar la decisión de cerrar la frontera que incrementó en el Estado Amazonas y de “violar los derechos” de sus compatriotas.
De allí la declaración de la canciller María Ángela Holguín: “Hemos trabajado por todos los medios para tratar de tener cooperación de Venezuela en lucha contra el narcotráfico, contra grupos armados ilegales, contra organizaciones criminales que están en la frontera. En eso, indudablemente, este último año fue perdido”.
Aunque según el diario El Tiempo de Colombia de las dudas, que deja una sensación de derrota, son los citados puntos, se apaciguó un poco el cuestionamiento con la reunión en La Habana, bajo supervisión de Raúl castro, de Santos con Rodrigo Londoño Echeverri (a) Timochenko, jefe de FARC. Maduro informó a la cadena Caracol que fue trasladado en avión de Pdvsa.
“No es la primera vez ni va a ser la última vez”, proclamó desafiante.
Como lo hizo ante la observación de que el líder guerrillero actúa desde Venezuela:
“Él está donde tiene que estar”.
Ahonda denuncias de Organizaciones como el Centro de Recursos para el Análisis de Conflictos (Cerac) de Colombia de que grupos paramilitares y guerrilleros se refugian en Venezuela, donde se lucran de la extorsión y el contrabando de productos subsidiados.
Agréguese la información difundida que “fue la guerra entre carteles militares de la droga y del contrabando los que cerraron la frontera colombo-venezolana”. Expresiva fue la captura en la Alcabala de Peracal de camioneta de un alto oficial militar tripulada por dos Guardias Nacionales, en la cual encontraron unos Bs. 47 millones y $3 millones en efectivo.
Narcos, ¿detonante de la crisis fronteriza?, publicó citado diario El Tiempo.
Solo al régimen autoritario se le ocurre mantener la reprobada medida. Revelador el intercambio comercial que solo en agosto, cuando se decretó cierre de frontera, el intercambio binacional se redujo 49% (o $ 100 millones) con respecto a igual mes del año pasado.
A la violación de derechos humanos del narco régimen, Procuraduría de Colombia acusa abusos sexuales de niñas y mujeres por parte fuerzas de seguridad del Estado venezolano. El ministro de Defensa Luis Carlos Villegas dijo que con “serenidad y firmeza” la “Fuerza Pública está plenamente preparada para enfrentar y derrotar toda amenaza interna o externa que ponga en peligro nuestra estabilidad”.
Maduro, ¡vergonzosamente es colombiano! dice el columnista de El Espectador Uriel Ortiz Soto, quien alude su partida de nacimiento que aparece en el No. 11, folios: N412 y N471. Es registrado como Nicolás Alejandro Maduro Moros, nacido en Ocaña, Norte de Santander, el 21 de noviembre 1961.
Declarada está la Guerra fronteriza del cártel o cartel, para resguardar intereses.
Al margen. En vez de rechazar concentración Henrique Capriles por lo menos ha debido solidarizarse con quien renunció a su precandidatura para hacerlo candidato en primarias.