Con méritos de sobra, el Deportivo Lara está en la final de la Copa Venezuela y espera por el vencedor de la serie entre Tucanes de Amazonas y Deportivo La Guaira, este último campeón en ejercicio de la competición.
Su avance a la instancia decisiva es una enorme alegría para la afición crepuscular, que se había “atragantado” con muchas tardes de frustración, tras el sabor a gloria que dejó la inolvidable campaña 2011-12, cerrada con un par de títulos semestrales y la corona absoluta.
Tres años después el club está a las puertas de un nuevo título, ahora con un proyecto de filosofía distinta, enfocado más en la cantera y en el talento joven que en la chequera, y sueña con su cuarta clasificación a la Copa Sudamericana, después de participar en 2010, 2012 y 2013, en las tres ocasiones sin avanzar más allá de la primera ronda.
El avance a la final copera lo selló frente al Carabobo FC, un club de plantilla “exquisita” comandada por el talentoso Edgar Jiménez, más el desequilibrante Aquiles “Chino” Ocanto y el peligroso artillero paraguayo Néstor Bareiro, y que entraba dentro del grupo de candidatos cuando inició la competición por allá en agosto. Se lo quitó de encima con el triunfo 2-1 en casa, en la vuelta, tras la derrota 6-5 de la ida. El global de la eliminatoria terminó 7-7, una victoria por lado, pero el elenco de Rafael Dudamel pasó por a la siguiente y anhelada fase por la cantidad de goles anotados en casa del granate.
Una vez más, el cuadro rojinegro se levantó de la adversidad para sellar un nuevo festejo, como lo hizo en las fase previas de la Copa frente a Trujillanos (octavos de final) y Estudiantes (cuartos de final), cuando llegó a estar contra la pared, pero sobre la base de la jerarquía sacar las llaves adelante, en la primera con un triunfo 3-2 en Guanare después de perder 2-1 en Cabudare y en la segunda con una conquista 2-1 en Mérida, tras verse abajo en el marcador en el desafío de vuelta en aquella ciudad.
Llegar a la final es un premio merecido para un club que nunca baja los brazos ni se deja ganar por la adversidad, como ocurrió hace dos días cuando quedó en desventaja numérica por la expulsión del atacante Antonio Romero al minuto 16 y sacó el resto del primer tiempo sin descomponerse.
“Hicimos un partido bastante correcto con la superioridad numérica de ellos, (porque) lo supimos sufrir y nos llevamos esta serie que bien merecida nos la tenemos”, señaló el defensor Leo Falcón en declaraciones ofrecidas al departamento de prensa del club, para agregar que “estamos bastante contentos y conscientes de lo que se viene”, aunque sin festejar mucho porque “todavía no hemos logrado nada y dicen que la final no se juega sino que se gana”.
La gran virtud del cuadro larense, en opinión de Falcón, fue hacer correcciones en defensa, después de recibir goles en el careo de ida, porque “cometimos errores que no veíamos cometiendo, simplemente los corregimos” y completó la tarea de mantener a raya al peligroso rival cabrialense.
En la final, el rojinegro será local en la ida, el miércoles 21 del presente mes, para cerrar en casa de La Guaira o Tucanes una semana luego.
La serie entre amazonenses y guaireños está igualada sin goles, tras el primer partido de la llave disputado ayer en Puerto Ayacucho.
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