En un careo lleno de emoción, que tuvo trifulcas entre integrantes de los cuerpos técnicos, arrojó un par de expulsados (uno por bando), registró un penalti fallado y tomó dramatismo en los minutos de cierre, el Deportivo Lara, otra vez con una buena ración de jerarquía y cabeza fría para manejar la situación, superó por 2-1 al Carabobo FC, en un Metropolitano de Cabudare que “disfrutó” de su mejor entrada en el presente semestre, para convertirse en el primer finalista de la Copa Venezuela y mantener vivo su sueño de clasificarse a la Sudamericana del próximo año.
El juvenil Antonio Romero y Daniel Carrillo, dos jugadores del patio, marcaron los tantos del elenco crepuscular, a los minutos 16 y 65, mientras que Oscar “Católico” Rojas colocó la diana del cuadro visitante al 83 para teñir de dramático el cierre y mantener intacta la expectativa hasta el pitazo final.
La vibrante eliminatoria terminó nivelada a siete goles, pero el conjunto de Rafael Dudamel se quedó con el pase al partido por el título del certamen copero, gracias a los goles anotados en condición de visitante una semana antes, cuando perdió 6-5 en el Misael Delgado de Valencia.
Es la primera vez que el conjunto rojinegro, fundado en 2009, llega a la instancia definitiva en la segunda competición de clubes de la Federación Venezolana de Fútbol (FVF), tras el intento fallido de hace cinco años, cuando cayó en semifinales ante Trujillanos FE.
La tropa de Dudamel se cobró revancha ante el club carabobeño, después de ver como este rival, en papel de verdugo, lo apartaba del camino las dos temporadas previas de la posibilidad de clasificar a un evento internacional. Ahora espera por el ganador de la segunda semifinal, que tiene como protagonistas a Tucanes de Amazonas y Deportivo La Guaira, campeón en ejercicio de la contienda.
Lara no comenzó bien, porque estaba impreciso en el pase y cada intento sucumbía ante la buena presión ejercida por el Carabobo. El panorama se le aclaró cuando el juvenil Romero, a pura gallardía, recuperó una pelota ante un defensor dentro del área, para luego recortar hacia afuera y soltar de pierna derecha un disparo de poca potencia pero mucha colocación, inalcanzable para el portero Morales.
El tanto tuvo sabor agridulce, porque el jugador, que ya tenía amarilla, fue amonestado por sacarse la camiseta en el festejo, lo que condujo a la expulsión.
Sin embargo, pese a quedar con uno menos, lució mejor el cuadro larense que el conjunto rival, con su buen planteamiento defensivo y la idea de atacar al contragolpe. Bien parado atrás se las arregló para mantener a raya al elenco cabrialense.
Pudo haberse ido al descanso con una ventaja de dos goles, pero César González falló un penalti ante Rafael Quiñones, que había entrado momentos antes por Richard Badillo para cubrir la baja de Morales, expulsado ante la falta dentro del área sobre Caraballo que decretó la pena máxima.
No fue en esa ocasión, pero sí al minuto 65 cuando llegó el tanto de la tranquilidad, obra de un Carrillo que fue adelantado unos metros por Dudamel para hacer las veces de “tapón”, pero respondió con un tanto de punta, luego de recibir al borde del área y definir como un delantero.
Carabobo no se rindió y un tanto de Rojas a siete minutos para el final lo hizo soñar con la remontada, pero, tras una tángana, la segunda del desafío, el árbitro sonó el pitazo final para hacer estallar el júbilo en el rectángulo de Palavecino, que no vivía una alegría similar desde el título de hace tres años.
