El cuerpo de un hombre que había sido enterrado el domingo en la mañana, en el Cementerio Municipal de Yaritagua, también llamado cementerio viejo en el estado Yaracuy, fue exhumado la madrugada de ayer por un grupo aún no determinado de antisociales.
Fue un trabajador particular encargado de excavar las tumbas, quien llegó a las 6:30 de la mañana al cementerio y encontró el cuerpo todavía en llamas. Llamó al Servicio de Emergencias 171 Yaracuy quienes a su vez participaron a la Policía del municipio Peña.
Cuando la comisión llegó, había una humareda y estaba un familiar quien, con varios tobos de agua, logró aplacar las llamas. Él y los demás familiares se negaron a declarar sobre el asunto.
El hombre fue asesinado el viernes a las 8:00 de la noche en la urbanización San Rafael. Se conoció que desde entonces los familiares planeaban resguardar la tumba porque habían recibido amenazas por mensajes de texto. Se desconocen los motivos.
Lo cierto es que los trabajadores del Cementerio Municipal aseguraron que allí no existe vigilancia y que el lugar se presta para múltiples actos delictivos. Después del mediodía llegan los consumidores de droga y se instalan como en su casa.
Aunque suene disparatado, otro de los delitos comunes en el camposanto es el robo de las cabezas de los difuntos, especialmente en época de Semana Santa. Este año, en marzo, se robaron 17 cráneos; se cree que para su uso en los cultos esotéricos.