Un padre lucha por aliviar el dolor de Atarigua (Fotos)

Es grave la situación de escasez de alimentos que se vive en Venezuela, pero ha golpeado con mayor fuerza a la población de Atarigua, en el municipio Torres, debido a que en esa localidad no existe ninguna red de distribución de comida por parte del Gobierno para que las familias adquieran productos de primera necesidad.

Así lo afirmó altamente preocupado el sacerdote Ronni López, quien lleva poco más de un año como párroco de la iglesia Santa Rosa de Lima, en dicho caserío, y ante las angustias que ha palpado de la gente en sus constantes visitas a sectores de la zona se ha trazado una ardua lucha en favor de este sufrido pueblo, hasta el punto de difundir una nota de voz que hoy recorre al mundo y recoge el sufrimiento de quienes viven en Atarigua.

Es nativo de la parroquia Reyes Vargas, capital Parapara, en Torres.

A esta carestía se le suma la falta de agua potable, puesto que los dos camiones cisternas que surten al caserío no tienen cauchos, dijo.

Al respecto, denunció el acelerado descenso que registra la represa de Atarigua, reservorio de agua para la parroquia Castañeda y el municipio Torres. Inescrupulosos abrieron más de lo previsto las compuertas de la presa durante el período de vacaciones, ya que esas aguas mantienen el turismo que se desarrolla en los balnearios del río Arenales, en la parroquia Espinoza de los Monteros.

Por esta causa se ha visto afectada la pesca, fuente de ingresos en esa localidad, porque se están saliendo sin control a través de las compuertas las especies linco tetero, cachama y pavón, este último un depredador, sembrado en la presa por la UCLA hace unos seis años.

Ayuda humanitaria

López informó que el pasado fin de semana hicieron frente a la hambruna, porque desde Barquisimeto, Carora, Guanare y desde el extranjero países como Miami, España y México se unieron en una campaña para contribuir con la alimentación de las familias de Castañeda.

Precisó que por Barquisimeto los grupos Proyecto de Amor Evangelizadores, Sonrisas para Los Niños y Regnum Christi se reportaron con tres toneladas de alimentos para los más necesitados.

Agradeció el gesto de los dueños de la empresa Convelac que se comprometió a donarles 50 cajas de leche líquida cada mes.

Acotó que las primeras cincuenta cajas se distribuirán gratuitamente en seis caseríos y así lo hará sucesivamente, para que sea equitativa la repartición. Por lo pronto realizan el censo de las familias.

Vecinos aprovecharon y comentaron que consejos comunales de Atarigua llevan bolsas de comida, pero cada tres meses, y eso es una agonía porque ellos comen a diario y no por temporadas.

Sin médico ni ambulancia

Lamentó el padre que desde mayo de este año el Ambulatorio Rural Tipo II Atarigua Rodrigo Javier Rojas, no cuenta con médico, ni con estudiantes de Medicina que enviaba la UCLA en calidad de pasantes.

También se quedó sin ambulancia desde hace tres años a causa del motor dañado y falta de cauchos.

Expuso que personas de buen corazón han hecho donaciones para repararla y ponerla activa, ya que actualmente se encuentra en un taller en Barquisimeto.

Deploró que si las autoridades designan a un médico, la estructura dispuesta para que se pernocte no está acondicionada, ya que carece de cama, aire y presenta grietas con filtraciones.

En este sentido, Olivia Olivares, una humilde madre de ese poblado, contó que tuvo que sacrificar 1.500 bolívares en un clínica en Carora, donde le atendieron a su hijo de dos años y dos meses, por falta de un médico en el ambulatorio.

Agua en conflicto

El sacerdote Ronni López manifestó que por la falta de diálogo y entendimiento dos familias destruyeron el llenadero en el sector El Estadio, hace cerca de un mes, en el cual se abastecían del vital líquido camiones cisternas que repartían en varios caseríos, ahora severamente afectados, sin este servicio.

Puntualizó que si bien a duras penas en estos momentos les llega agua a varios sectores de Atarigua luego que se cometió este repudiable hecho, decenas de familias quedaron pasando sed fuera de la capital de la parroquia, y muchos de sus animales están muriendo.

Esta acción violenta y al margen de la ley ha generado que los caseríos perjudicados se encuentren en disputa con Atarigua.

Por lo tanto, les aclara que no fue el pueblo el autor del derribo de las instalaciones del llenadero, sino que estuvo bajo la responsabilidad de dos familias, con las cuales él ha hablado para que se arrepientan y pidan perdón ante Dios, por lo que hicieron contra sus propios hermanos.

Conmovedor testimonio

El padre Ronni López grabó y difundió un mensaje en su propia voz, utilizado la herramienta de audio WhatsApp, y en 2 minutos y 47 segundos describió todo el drama por el que atraviesan los habitantes de Atarigua.

He aquí sus palabras:

“El dolor de muchos ha pasado a formar parte de mi dolor. Un dolor que he tenido que compartir con Jesús en el Santísimo Sacramento, al ver a tanta gente que sufre y llora por no tener el alimento necesario. Al no tener agua ante la gran sequía. Una niña de cuatro años sale al patio de su casa y mirando al cielo dice, papá Dios haz que llueva, tengo sed, quiero bañarme. Imagínate el dolor de los criadores que escuchan por las tardes a sus animales gritando por no tener agua que tomar en los campos. Quien ha vivido esto sabe decirlo de corazón.

Dejemos atrás los partidismos políticos y unámonos en una sola causa, porque en el cielo se nos va a preguntar cuánto amaste, qué bien hiciste y papá Dios dice que tendamos la mano con fe al necesitado.

La ruta de la droga

En caseríos ubicados en la zona oeste de la represa de Atarigua, colindantes con Curarigua, parroquia Antonio Díaz, sujetos se dedican, presuntamente, a la siembra de marihuana.

Este tipo de droga la estarían sacando en lanchas por Atarigua y por Arenales, utilizando la represa como ruta de navegación, denunció López.

En este orden de ideas, habitantes se quejaron porque desde hace unos doce años el poblado no posee un módulo de policía, pero además, no conocen de ningún patrullaje en la zona o de programas de seguridad implementados por el Gobierno en el país.

Revelaron un cinturón de delincuencia conformado por los caseríos El Pegón, El Tigre, Agua Viva, El Yabito y El Embalse, en los cuales, El Guly, peligroso criminal asesinado en Quíbor, se escondía tras cometer sus delitos.

Determinaron que muchos jóvenes de esa zona, influenciados por El Guly, hoy día siguen sus pasos. Muchos elaboran los miguelitos que colocan en la vía Barquisimeto-Carora para desinflar los neumáticos de los vehículos.