Con María Corina Machado se pueden tener kilómetros de diferencias políticas y hasta ideológicas pero es imposible desconocer su valentía personal y cívica y el apego profundo a sus principios morales.
Ella emergió al escenario político como una figura técnica en el marco de las necesidades que tenia la oposición de contar con un sistema propio de monitoreo electoral, papel que cumplió con eficiencia y compromiso superlativo Sumate,organización dentro de la cual la ingeniera María Corina Machado Parisca tuvo una participación destacada y protagónica que le granjeó el respeto ciudadano de propios y extraños, debido a que dentro de las polémicas tumultuarias y de lenguaje escatológico, su palabra firme y clara pero al mismo tiempo respetuosa y apegada a los cánones éticos de la oralidad, se convirtió en una referencia opositora a la altura de las expectativas de las clases medias venezolanas.
Al cruzar la línea de lo eminentemente técnico hacia el fragor de la política activa María Corina Machado logró consolidar simpatías anteriores y agregar nuevas porque asumió su nuevo rol con total entrega, sin ambigüedades antes bien con un estilo directo que en algunas ocasiones se torna temerario porque reta al Poder de frente y sin florilegios verbales ni palabras rebuscadas, como en aquella memorable sesión cuando le dijo al Presidente Hugo Chávez que expropiar era robar y que eso estaba haciendo su gobierno con propietarios de fincas, inmuebles y empresas. Y ahora cuando ha llamado a la Presidente del CNE, Tibisay Lucena, tramposa, y estos episodios son solamente ejemplos de lo que ha sido su posición frontal, sin refranes, ni mofas, ni chabacanerías, con palabras duras pero manteniendo siempre la compostura de gran dama.
Como diputada la suspendieron, como candidata la inhabilitaron pero como líder su prestigio crece, se expande y consolida, dentro y fuera de Venezuela. Eso la ha convertido en una referencia incomoda para todos, para el Gobierno que no encuentra como quitársela de encima y para los presidenciables de la MUD porque ocupa un espacio muy importante dentro del voto opositor duro que la mantiene como una opción indescartable a la hora clímax cuando sobre el tablero del ajedrez político la Dama puede dar un jaque sorpresivo.
María Corina representa dentro de la MUD, junto a Leopoldo López y Antonio Ledezma, una línea radical de oposición, mientras que Capriles Radowsky juega al pega y cuida al estilo Mayweather y Henri Falcon plantea entendimientos institucionales que permitan la alternancia electoral pero sin modificar el modelo económico y político mediante el cual el Gobierno decide el rumbo y los otros poderes justifican lo decidido, al menos ese es el perfil que ha mostrado como alcalde de Iribarren y gobernador de Lara.
Estas dos líneas opositoras antagónicas, la de María Corina, dura y la de Henri Falcon, suave, se han cruzado en el circuito tres de Lara con el apoyo de María Corina a Eduardo Gómez Sigala y Henri Falcon a Marquina y Teodoro Campos. La decisión del apoyo a Gómez Sigala fue de la gente de Vente en Lara y María Corina la acató.
Para la oposición en su conjunto y para la MUD en especial esta situación es difícil. ¿Vendrá Chuo Torrealba a Lara a declarar que María Corina queda fuera de la MUD? ¿Tendrá María Corina la disposición de hacer campaña en el circuito tres por Gómez Sigala? Esperemos, esto apenas comienza.
