#EntrevistaImpertinente : Joel Rodríguez Ramos, «no podemos dejar pasar la oportunidad del #6D»

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Es, en estos tiempos, un hombre extraño, una rara avis in terris: Caballeroso, formal, ¡honesto! Guarda costumbres que no debieran parecer anticuadas. Las de la urbanidad, el trato prudente, la palabra justa, la vida austera.

Abogado (UCAB) especialista en el área mercantil, aclara que su dedicación al derecho constitucional es “por afición”. Pertenece al Opus Dei.

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-¿Cómo se arrastró el país hasta aquí, hasta esta asoladora descomposición?

-Tengo la impresión de que el deterioro comenzó cuando el boom petrolero del primer gobierno de Carlos Andrés Pérez. Los tres primeros gobiernos de la democracia tienen un rango de honestidad aceptable: Betancourt, Leoni, Caldera I. Desde el gobierno de CAP, cuando el petróleo subió a cerca de 40 dólares el barril, se desquiciaron los resortes morales. A partir de allí todo el mundo se quiso hacer rico rápido.

-¿Cómo se las arregla para no perder la cordura en este caos rutinario?

-Soy muy creyente y practico la fe católica, apelo a la ayuda de Dios. A veces puede ocurrir que uno pierda la esperanza, lo cual es muy malo.

-¿Venezuela es ahora una aventura o una tragedia?

-El Gobierno es una tragedia. Maduro prende aquel zaperoco con Colombia, cierra la frontera, y luego sale diciendo que triunfó la paz, la fraternidad. Bueno, está bien, pero ¿por qué nos hizo estar un mes en vilo? Las deportaciones, el sufrimiento de los niños, las casas marcadas y destruidas, el daño al esfuerzo de tantas familias colombianas para asentarse en el país. Es algo criminal. Pudimos habernos ido a las armas.

La socióloga Isabel Pereira, en su libro La Quiebra Moral de un País, dice que la realidad actual surgió con las decisiones tomadas medio siglo atrás.

-Aquellos barros trajeron estos lodos. La riqueza del país nos proporcionó una vida fácil y cómoda, en general, con mucha desigualdad social. Nos olvidamos de formar a los jóvenes en la virtud, en el trabajo, en la verdad, en los límites éticos. Un hombre sin ética es un animal desbocado que puede conducir a situaciones catastróficas, en lo personal y en lo social. Gonzalo Barrios llegó a decir que aquí la gente roba porque no tiene razones para no robar. Cuando lo que nos mueve es el placer del dinero, la vanidad, está perdida la persona, y está perdida la sociedad.

-¿Cómo vive la política un hombre tan devoto?

-La política es, después de la religión, la forma más eminente de vivir la caridad. Esa frase es de Pío XII. La política es el interés por el bien común. Juan Pablo II designó un patrono para los cristianos que participamos en política, Santo Tomás Moro, quien murió degollado en Londres cuando se opuso a la división de la Iglesia católica, al surgir la Iglesia anglicana.

-Despéjeme una duda: ¿Hugo Chávez está en el cielo o en el infierno?

-Eso sólo lo sabe Dios. Yo no puedo juzgar a nadie. Confieso que he rezado para que Dios lo perdone.

-La oposición considera que el poder está en manos de unos brutos con un discurso absurdo, pero mire el tiempo que han logrado permanecer en el poder.

-Más bien la característica de quienes han llegado al Gobierno es la mediocridad. Son inescrupulosos para conservar el poder. Uno no se explica, por ejemplo, por qué impiden la observación electoral. Eso le daría una gran tranquilidad a la población y prestigio al Gobierno, y al CNE. Por eso hay la sospecha de que algo no funciona bien.

-¿Qué imagen de la Venezuela actual quisiera borrar usted?

-La imagen de la división y del odio. Muchos que fueron mis amigos antes del arribo de Chávez al poder ya no me saludan. Eso no puede ser. Eso tiene que acabarse.

-Un drama hierve ahí afuera, y el Gobierno lo ignora. Maduro niega la fuga de talentos. Hay 25.000 estudiantes venezolanos repartidos en el mundo.

-Quien no es cuerdo niega lo evidente, de buena o mala fe, porque hay algo de cinismo en eso. Yo he hecho un esfuerzo por atajar a mis hijos. A la nación debemos quererla con la misma pasión y con el mismo ardor que un hombre ama a una mujer. Esa frase la escribió Augusto Mijares en su biografía de El Libertador.

-Entonces le hemos montado cuernos al país. Se le ha faltado a esa mujer llamada Venezuela.

-A la nación le entró una montaña de dólares, ingresos billonarios que fueron dilapidados, robados, porque no los vemos invertidos. Aparecen cuentas a nombre de funcionarios y nadie pide un informe sobre eso. Quienes están en el Gobierno sólo quieren el poder, el disfrute del poder. Afortunadamente el chavismo está pasando.

-Ocho de cada diez venezolanos opinan que la situación del país es negativa y pese a ello ese malestar social no encuentra expresión política. ¿Por qué?

-Porque todo este tiempo ha predominado la antipolítica. La gente sigue pensando que los políticos son malos, que van a su propio interés, que es una forma de maldad, ciertamente.

-Una ancha franja de venezolanos que no comulga con el Gobierno, desconfía del discurso opositor.

-Hay un gran escepticismo. En Venezuela con frecuencia sentimos que debemos comenzar todo de nuevo. No fraguan los esfuerzos que se hacen para consolidar una República estable y duradera. Caldera habló mucho de eso, de la fábula de Sísifo, personaje castigado a subir una piedra hasta la cima de una montaña; antes de llegar se le caía la piedra, teniendo que reiniciar su ascenso una y otra vez.

-La oposición luce atrapada en sus visiones dispares sobre la realidad del país, y con modelos contrapuestos para superar la crisis. Acude al 6D dividida, sin un liderazgo definido, con una estrategia errática. ¿Qué se puede esperar de eso?

-Este tiempo ha sido muy difícil. Nos ha obligado a los venezolanos no maduristas a unirnos sin tener un objetivo común, salvo el de sacar al Gobierno. Lo provechoso de eso es que refleja pluralidad democrática.

-Pero una cosa es la pluralidad y otra muy distinta el antagonismo, la dispersión, la falta de visión compartida.

-Tenemos que hacer un esfuerzo por alcanzar un programa mínimo común. No podemos dejar pasar esta oportunidad del seis de diciembre. Creo que estamos en el deber de repensar el modelo que hizo brotar el espíritu del 23 de Enero.

-En Lara la división opositora debilita las bases de su principal bastión, el circuito 3.

-Lamento, de todo corazón, que eso esté ocurriendo. Abrigo la esperanza de que se logre un acuerdo. Soy amigo de Eduardo Gómez Sigala, me parece un hombre valioso. Si me lo permite, que él me disculpe, le haría un llamado a la reflexión para que se siente a conversar con la MUD, porque hay un interés superior que es el país, el cual nos obliga a un gran desprendimiento personal y a saber dónde estamos parados. Imagínate lo que pudiera ocurrir: que no gane él ni Alfonso Marquina, quien ha sido buen parlamentario. Ahora, ese llamado se lo hago en los mismos términos a Marquina. Sería bueno que ambos se sienten a conversar.

-En el universo opositor se enfrentan moderados y radicales. Los que piden esperar y los impacientes, quienes dicen que no hay tiempo. ¿En cuál bando está usted?

-Yo no estoy en ningún bando de esos. Yo lo que quiero es que este país se enrumbe por el sendero de la democracia, la libertad y el progreso.

-¿Usted se anotó en el progresismo?

-No, no. Me refiero a progreso material, espiritual, educativo, social. En estos días he visto por allí vallas que dicen: Lara progresista; no me han gustado. Me parece que es lo mismo que decir: Lara socialista. Lara es Lara y punto, como Venezuela es Venezuela. Pdvsa no es socialista, el INCE no es socialista. Ni Lácteos Los Andes es socialista. Una empresa que sea sociedad anónima es todo lo contrario del socialismo, porque su fin es hacer dinero y producir rendimiento para sus accionistas.

-Mario Vargas Llosa ha escrito que una ruptura en la oposición sería un regalo de los dioses para Nicolás Maduro.

-Más bien sería un regalo de la misma oposición, sería absurdo. Voy a usar una palabra un poco fuerte: sería estúpido, y me perdonas la expresión. Esta es hora crucial para el país.

-¿Usted cree, como dice Carlos Blanco, que la oposición votará por los candidatos de la MUD sin importar los nombres?

-A mí no me importan los nombres, francamente, aunque tenemos malas experiencias.

-¿Cómo cuáles?

-La de Ricardo Sánchez, o la de William Ojeda.

-Y ¿el larense Andrés Avelino Álvarez?

-Mira, yo lamenté ese caso, porque él fue mi alumno en la universidad. Sentí lo mismo que el doctor Álvaro Albornoz con su alumna la jueza Susana Barreiros. ¡Me decepcionó!

-En 2014, Leopoldo López planteó la tesis de “la salida” del Gobierno, tildada de golpista por el oficialismo y como radical en la oposición. Año y medio después, en agosto, una encuesta de IVAD revela que 41.3% de los venezolanos pide que Maduro renuncie ahora y se llame a nuevas elecciones. ¿Es un eco tardío de aquel llamado?

-Cuando se planteó lo de la salida yo no estuve de acuerdo. Me parecía un esfuerzo espasmódico, porque no estaba organizado como para que se materializara. Los hechos nos fueron dando la razón.

-En el liderazgo opositor persiste el desencuentro. Henrique Capriles no acompañó la última marcha convocada desde la cárcel por Leopoldo López, porque según él “la oposición no puede seguir hablándose ella misma, tiene que meterse en la Venezuela profunda”.

-Insisto, debemos deponer toda apreciación personal para acompañar a la Unidad Democrática. En el fondo Capriles hace un juego para resguardar su posibilidad de ser candidato presidencial de nuevo, con toda legitimidad. A mí no me importa quién sea el candidato nuestro, lo que no quiero es que el próximo presidente sea Maduro.

-¿Qué va a pasar, en su opinión, con Leopoldo López?

-Yo creo que si la oposición gana las elecciones del 6D, la nueva Asamblea Nacional puede decretar una ley de amnistía; y entonces además de Leopoldo López saldrán en libertad todos los presos políticos, los que están presos por disentir del Gobierno.

-La jueza Susana Barreiros: ¿verdugo o víctima?

-Ella hizo lo que le dijeron que hiciera, y eso es lo más contrario a un juez probo. Un juez sólo obedece a su conciencia. Un caso de tanta envergadura no debió ponerse en manos de una jueza inexperta; era para que lo resolviera un juez de la talla moral y jurídica de Jorge Rosell o de Blanca Rosa Mármol.

-¿Cree que el país soportaría otra sospecha de fraude electoral?

-Eso sería muy grave para la institucionalidad del país. Entonces sí tendríamos derecho a invocar el artículo 350 de la Constitución, el “desconocimiento de cualquier régimen, legislación o autoridad que contraríe los valores, principios y garantías democráticos”.

-¿La oposición podría decretar una ley de amnistía con mayoría simple en el parlamento (84 diputados)?

-Sí, y si el Presidente de la República se niega a promulgarla, pueden firmar el presidente y los dos vicepresidentes de la Asamblea Nacional.

-¿Deben estar de acuerdo los tres?

-Sí. El artículo 216 establece que la ley puede ser firmada por el presidente y los dos vicepresidentes de la Asamblea, cuando el Presidente de la República no la promulga en los lapsos señalados. Por eso sería bueno que los dos vicepresidentes del cuerpo también sean de la Unidad Democrática.

-Con mayoría simple no se podrá destituir al Fiscal, ni designar un nuevo CNE, ni un nuevo TSJ.

-Por eso hay que empujar hasta obtener una mayoría calificada. No me conformo con mayoría simple. Es que estamos enfrentando a un monstruo.

-Si la actual Asamblea le otorga poderes especiales a Maduro antes de irse, ¿podrían ser revocados?

-Sí, claro. La ley habilitante se la da la Asamblea al Presidente. Ese mismo órgano la puede revocar. Porque es la misma fuente.

-Podría desatarse un conflicto de poderes.

-Pero si la oposición tiene mayoría calificada, el TSJ va a cambiar de actitud, porque los magistrados sabrían que los pueden destituir.

-Y ¿si repite el PSUV? El oficialismo también juega.

-Yo creo que eso no va a pasar. Hay una gran conciencia de cambio en la población. Lo importante es que si el PSUV gana, que gane en buena lid. Yo creo que eso pasó con el presidente Maduro. Él nació deslegitimado.

-Nació deslegitimado, como Presidente quiere decir.

-Sí, su elección fue muy cuestionada y nunca se aclaró.

-¿Usted pone en duda que sea venezolano de nacimiento?

-Debería mostrar su partida de nacimiento. Hay dos cosas increíbles en este país: No conocemos la partida de nacimiento de Nicolás Maduro, nunca le hemos visto, ni la partida de defunción de Hugo Chávez. En Google está la partida de defunción y hasta la foto del cadáver del presidente Kennedy.

 El Papa, la Iglesia y sus aperturas

-Obispos de varios países temen que Francisco, el “gran reformador”, desestabilice a la Iglesia católica, hasta convertirla en un “barco sin timón”.

-Lo que voy a decir sólo lo van a entender los que tengan fe. El Papa es para los católicos el Vicario de Cristo en la Tierra, hay que ver lo que eso significa. Es el cimiento, la roca firme sobre la cual está edificada la Iglesia. Ha habido Papas santos, Papas lujuriosos, Papas mentirosos. Francisco, el primer Papa latinoamericano, con sus características propias, su carácter abierto, de buen humor siempre, contrasta con la seriedad de Benedicto XVI, una de las mentes más lúcidas del catolicismo, a quien algunos comparan con Santo Tomás de Aquino. Un Papa que estaba incómodo siendo Papa, dijo Vargas Llosa. Ese contraste entre Francisco, Benedicto XVI y Juan Pablo II, el Papa del Sufrimiento, ha hecho que mucha gente sienta dudas. Pero es Dios quien elige al Papa, y si Dios dijo que el Papa era Francisco, es porque es el Papa conveniente en este momento.

-Ha dado pasos muy polémicos: apertura hacia los homosexuales, celeridad en la nulidad del matrimonio eclesiástico, perdón a las mujeres que han abortado, sacramento a los divorciados.

-Nada de eso es novedoso. Está en el Catecismo promulgado en 1992 por Juan Pablo II. Allí se habla de la gravedad del desorden de la homosexualidad, pero también del perdón, de la delicadeza con que se debe tratar a quienes sufren esa… situación. Francisco dice: ¿Quién soy yo para juzgarlos? El perdón de las mujeres que han abortado también está en el Catecismo y en el Código de Derecho Canónico, que son documentos recientes. En eso trabajó el cardenal venezolano Rosalio Castillo Lara, a quien Juan Pablo II llamaba “el hombre de la ley”. El aborto está castigado en el Código de Derecho Canónico con la excomunión, la pena más grande de la Iglesia. Para perdonar un pecado castigado con la excomunión se requiere la absolución del Obispo de la Arquidiócesis respectiva o de los sacerdotes que hayan sido delegados. En Barquisimeto sólo pueden perdonar el Arzobispo, Antonio López Castillo, o los sacerdotes que él designe. Entonces, como va a comenzar un año jubilar, el Año de la Misericordia, desde el 8 de diciembre, Día de la Inmaculada Concepción, Francisco ha dicho que durante ese tiempo cualquier cura queda autorizado para perdonar el pecado del aborto. Eso es lo que él ha dicho.

-¿También puede perdonar el padre revolucionario Óscar Fréitez?

-Si está habilitado para confesar, que no lo sé.

-¿Por qué el Papa Francisco clama tanto: Recen por mí?

-El Papa tiene responsabilidades demasiado grandes. ¿Te imaginas la cantidad de delicados asuntos por resolver que se acumulan todos los días en su mesa de trabajo?

-Ahora dígame una cosa, doctor: ¿A qué le teme usted, qué le da miedo?

-Te diré, que sientan miedo aquellos que no se saben hijos de Dios. Yo no le tengo miedo a nada. No temo. Ni a Dios, porque Él es mi Padre, un Padre amoroso que sabrá comprender cuando llegue mi hora.

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