Venezuela se movilizó el sábado 19 de septiembre en buena parte del país, e incluso en ciudades de otros países.
Lo hizo por la libertad de Leopoldo López y demás presos políticos, por un cambio de régimen y lo más importante, ratificando que la movilización de calle es la salida. Pero paradójicamente, quienes convocaron a estas movilizaciones nunca han compartido esta política. Lo demostraron durante todo el año 2014 y lo que va del 2015, no acompañando las diferentes manifestaciones de lucha en la calle que se han dado en todo el territorio nacional.
Esto es algo que debe estar claramente establecido. Solo ahora, cerca de las elecciones del 6D y luego de fracturar la unidad de la oposición mediante una práctica hegemónica y excluyente, que impidió asumir juntos este reto electoral que podíamos convertirlo en un triunfo político unitario para empujar hacia el cambio del régimen, es ahora cuando pretenden apropiarse de este sentimiento presente en Venezuela por la justicia y superación de este régimen. Pretenden sin escrúpulo convocar desde lo que han venido rechazando y mediatizando: la lucha en la calle.
Lo también lamentable es que algunos que estuvieron en La Salida y sufrieron la indiferencia del cogollo de la MUD (PJ, AD y UNT) hoy por solo interés electoral se arrodillan por unas curules que les dejaron como migajas. Pareciera que tampoco estaban tan convencidos de que la lucha no es sólo electoral, y sólo nadaron en esa ola, para morir en la orilla de lo que criticaron en el discurso.
El pueblo sabrá identificar esta jugada. Lo supo hacer incluso en la propia marcha con muchas pitas a estos practicantes del sectarismo, y si bien acompañó este llamado lo hizo en muchos casos bajo «sospecha». La gente seguirá en el camino de la lucha en otros escenarios para poder alcanzar el verdadero cambio de régimen y desligarse de quienes buscan afanados cohabitar con él, porque que entre pueblo y régimen escogieron al último para «llegar al poder», no para cambiar esta manera de ejercerlo.
Sigamos empujando el cambio. Cada pista que hemos abierto y avistado como aspiración del pueblo, ha pretendido ser asumida por estos mercaderes de la política, que con cierta hegemonía mediática vacían de contenido las luchas y la usan para sus bajos intereses. Eso tiene límites en la propia realidad material.
Sigamos impulsando con fuerza la dimensión subjetiva de la gente y del pueblo en general, su conciencia. Calle, calle y más calle, calle para la lucha y no para el desfile. Calle y voto, pero para concretar la Alternativa Independiente a una falsa polarización entre dos cogollos que se complementan hasta que se igualan. Ni PSUV ni MUD. Somos una verdadera oposición para salir de esto.