La escasez de alimentos no se resuelve con cierres de fronteras, si no con políticas económicas acertadas. Mientras eso no ocurra, las colas por el desabastecimiento de productos de primera necesidad, se acentuarán.
En la citada aseveración concuerdan Alberto Gámez, presidente de Fedecámaras-Lara y director nacional de la cúpula empresarial y el economista Juan José Pérez, jefe del Departamento de Economía de la Universidad Centroccidental Lisandro Alvarado (UCLA).
Para Gámez, el Gobierno toma decisiones inauditas; el cierre de la frontera ya está llegando al estado Amazonas; pretenden bloquear todo el país.
“No hay una economía basada en la oferta y la demanda, nos está matando la economía de puertos. Pregonan con bombos y platillos la entrada de miles de toneladas de alimentos, cuando se deberían promover las exportaciones; eso sí nos enorgullecería”.
Apuntó que mientras no se produzca un cambio en materia económica, se mantendrán las colas, la escasez y el desabastecimiento.
“El cierre de la frontera no solucionó nada, seguimos en la misma situación. Estamos claros que se sacaba mucha mercancía hacia el vecino país, pero para tomar una decisión de esa magnitud había que dialogar con todos los sectores”.
Gámez advirtió que estos tres meses que restan de 2015 serán muy fuertes para el venezolano.
“Habrá mucho circulante en la calle debido a las elecciones pero es dinero inorgánico, sin ningún respaldo del Banco Central de Venezuela. Serán meses muy duros para todos. Hay problemas con la ropa, adornos y alimentos para la temporada navideña”.
Producción insuficiente
La escasez se acentuó porque se está produciendo menos y las importaciones son menores, expone Juan José Pérez.
Añade que si bien se mitigó la fuga de combustible a través de las trochas, no se ha podido controlar la salida de ciertos productos por los caminos verdes.
“El problema de la escasez no es el contrabando; lo cierto es que hay insuficiente producción nacional”.
Para Pérez, estos últimos meses del año se producirá como especie de una ilusión.
“Comenzaron a llegar ciertos cargamentos de Brasil, Uruguay y Argentina: carne, aceite de soya, mantequilla, etc, para abastecer los mercados y hacer creer que es resultado del control del contrabando. La verdad es que se trata de importaciones”.
Asegura que la crisis no se resolverá con las importaciones, sino con la producción de bienes nacionales.
Varió la dinámica
Los venezolanos recibirán las utilidades y en consecuencia, los anaqueles se vaciarán de inmediato.
“Este año la dinámica variará, todo el mundo está esperando las utilidades para comprar cauchos, repuestos, baterías, entre otros. Este año la gente tiene pendiente la adquisición de algunos bienes atrasados y será lo que busquen primero, por encima de la ropa, calzado, regalos”.
Ahora es que se va a pronunciar el problema de la escasez, precisó el docente.
“Lo que ocurre es que hay mucho dinero en circulación, pero no hay bienes disponibles. El Gobierno imprime cada vez más dinero ficticio y a la vez, la producción es muy poca. Con más rapidez se vaciarán los anaqueles”.
Anteriormente, los usuarios podían comprar cinco harinas, hoy observamos que se reduce la cantidad por productos.
“Todo ha disminuido porque hay un problema con la distribución, no se logra abastecer a tiempo las necesidades de los consumidores”.
El economista sostiene que así como las colas se acentuarán, también lo harán el bachaqueo y la reventa de insumos.
“Esos son los resultados de los controles de precios y todas esas políticas desacertadas del Gobierno”.
Anaqueles seguirán vacíos
Las causas de la escasez no tienen relación, necesariamente, con la frontera, planteó Oscar Meza, director del Centro de Documentación y Análisis Social de la Federación Venezolana de Maestros (Cendas-FVM).
“Pese al cierre de la frontera la escasez de alimentos persiste debido a las políticas implementadas durante 16 años. Chávez y Maduro lograron a través del Plan de la Patria reducir al sector privado a fin de minimizar la fuerza política independiente de una población que dependía de las empresas que producían bienes y servicios”.
La escasez, añadió, es consecuencia de todos los mecanismos de control y medidas económicas totalmente erradas.
“Cada vez se fue cercando la capacidad de producción de las empresas de manera deliberada. Las fiscalizaciones, inspecciones, estatizaciones, invasión de espacios productivos; lo cual afectó la producción nacional”.
La única manera de mantener niveles de producción óptimos, que permitan ofrecer bienes y servicios, es que la empresas puedan funcionar normalmente.
“Colocar más obstáculos ocasionó todo este desastre. Lara es un buen ejemplo en estos momentos de la crisis, el Valle de Quíbor no produce la misma cantidad de hortalizas, lo que afecta a otras ciudades, no hay variedad de rubros y pagamos hasta 400 bolívares por un kilo de tomate”.
Estos tres quinquenios continuos de hostigamiento hacia el sector empresarial resultó en menos producción, escasez, desabastecimiento, colas, bachaqueo, entre otras distorsiones.
“El gobierno está importando, con menos divisas, para compensar la producción, sin embargo los anaqueles seguirán vacíos”.
