Como periodistas no podemos aceptar amedrentamientos. La palabra y la libertad de expresión son mis únicas herramientas para comunicar los problemas de las comunidades de Lara. Por lo tanto, rechazo contundentemente el ataque del que fui víctima a través de grafitis en la sede de El Impulso.
El día martes 22 de septiembre vándalos rondaron de madrugada la sede de El Impulso, para dejar su huella intolerante y marcar un grafiti rojo que dice “@Cheo periodista facista”.
Me señalan de fascista solo porque en mis redes sociales y en esta columna reflejo realidades que incomodan a las autoridades, porque muestro con hechos la cruda miseria en la que nos tienen ahogados nuestros gobernantes.
Quien me acusa de fascista no solo busca atacarme, sino que trata de silenciar la voz de la ciudadanía que halló en mis espacios periodísticos libertad. Quieren que mi red de reporteros ciudadanos sienta miedo de expresarse, quieren coartar su derecho a la protesta, su derecho a exigir calidad de vida.
Los venezolanos somos libres de manifestar nuestro desprecio hacia el racionamiento eléctrico, la escasez, la injusticia, la corrupción, las invasiones, la inflación y la inseguridad. Por eso, continuaré mi labor sin bajar el tono de la protesta legítima.
A mis seguidores en la página web, redes sociales y en esta columna les doy las gracias por sus palabras de apoyo ante este mal rato. Nuestra fuerza ciudadana ha generado resultados en cuanto a solución de problemas y los seguirá generando. Los invito a continuar nuestro trabajo, porque no buscamos problemas buscamos soluciones para vivir mejor.