Hoy jueves se llevará a cabo un foro en el auditorio Ambrosio Oropeza de la UCLA, a partir de las 8:00 de la mañana, en el cual se abordarán de forma técnica y científica todas las aristas sobre las fallas sísmicas existentes tanto en Iribarren como en Palavecino.
La actividad estará a cargo de profesionales del Colegio de Ingenieros de Lara, de la Cámara de la Construcción y de la Fundación Venezolana de Investigaciones Sismológicas (Funvisis).
El arquitecto Ángel García señaló que Funvisis, como órgano rector de la problemática sísmica del país, en contacto con el Colegio de Ingenieros dio a conocer hace tres años una primera versión de las zonas más sensibles de la terraza de Barquisimeto y del Valle de Cabudare.
Precisó que se continuó el trabajo y esa información fue incorporada al PDUL de Cabudare que finalizó hace 15 meses, no obstante, la Ordenanza Sísmica no ha sido aprobada desde hace 6 meses.
Indicó que durante 8 semanas se discutió la ordenanza en esta materia en Barquisimeto, para lo cual se tomaron en cuenta unas 600 hectáreas desde el Obelisco hacia el Aeropuerto, el cual arrojó como resultado que hasta el final de la terraza hay zonas con terrenos blandos y deben tenerse ciertas restricciones para las edificaciones.
Agregó que el problema más delicado se encuentra en el borde sur, desde El Garabatal hasta Santa Rosa, aunque la única obra de tipo general construida fue la avenida Uruguay y por eso cada vez se hunde más.
Precisó que el resto de Barquisimeto no tiene mayores problemas, sin embargo, de este a oeste la atraviesa la falla de Boconó y Funvisis la califica zona sísmica grado 5.
Recordó que desde 1732 ha habido registro de sismos más o menos importantes, con un ciclo en el orden de 50 años en Iribarren y Palavecino.
En el caso de Cabudare hay deposición de miles de años y se fueron acumulando los sedimentos en el valle, en el orden de los 300 metros, con tierras superblandas y el efecto de un sismo es mucho más fuerte al estar calificado de 7 en ese lugar.
Advirtió que los tres niveles de gobierno deben hacer un plan para adecuar las edificaciones públicas básicas a las nuevas normas antisísmicas, tales como hospitales y liceos, construidas sin estas condiciones.
