Un par de pifias del portero Eduardo Herrera privaron al Deportivo Lara de traerse una victoria de la ciudad de Valencia y le llevaron a un desenlace amargo, al perder una ventaja en cuestión de minutos y caer por 6-5, en un partido desorganizado y en el que el afán por buscar el arco rival pudo más que la frialdad, en la ida de las semifinales correspondiente a la Copa Venezuela.
El conjunto de Rafael Dudamel ganaba por diferencia de un gol (5-4), a ocho minutos para el pitazo final, cuando ocurrieron el par de costosos errores del cancerbero, primero con un tiro libre de Aquiles Ocanto -oriundo de Lara y ficha del elenco carabobeño- y después con un flojo remate de José Ramón Reyes. En ambos casos, con pelotas rastreras, Herrera intentó embolsar, pero la pelota pasó por debajo de su su cuerpo y entre sus piernas.
De todos modos, aún con la derrota, el equipo rojinegro regresa de suelo carabobeño con sus posibilidades intactas, gracias al peso que tienen los cinco tantos anotados en la carretera y que le permiten encarar la vuelta, el próximo miércoles, con la tranquilidad de tener que ganar por apenas 1-0, suficiente para llevarse el pase a la final. Así que dentro de todo, el drama no es mayor, pero si deja una desazón el hecho de no cerrar de manera correcta un partido que se perdía por 4-2 y que se levantó con una reacción bravía y enérgica en la segunda parte de ese complemento de locura, que registró nueve de los once tantos marcados en el vibrante compromiso, que estuvo antecedido por la lluvia y se demoró media hora en su inicio por el apagón en una de las torres de iluminación.
Se esperaba un partido cerrado, de mucha marca y pocos goles, pero ocurrió todo lo contrario. Solo en el primer tiempo hubo cautela y afán en resguardar el cero, con un mediocampo muy trabado y ambos equipos probando de larga distancia para crear peligro.
Solo al final de la primera etapa llegaron los goles, el primero anotado por Jacobo Kouffati desde el punto fatídico, tras un penal dudoso, y luego con un taco dentro del área de Ocanto, a los minutos 45 y 45+3.
Perfecto preámbulo para lo que vendría luego, con un intercambio de goles y ambos equipos totalmente desordenados en sus líneas defensivas. El toma y dame lo inició Jesús Hernández con un golazo en jugada individual al 47, pero tres minutos más tarde llegó el empate carabobeño con cabezazo de Edgar Jiménez.
Luego, al 57, fue el Carabobo el que se adelantó, gracias a un autogol de Henri Pernía, mientras que ocho minutos más tarde Eduard Bello amplió la diferencia. El 4-2 parecía ser lapidario, pero el conjunto larense remontó con dianas de Kouffati (66), Hernández (68) y Aristótelles Romero (76) para volver a la vida y castigar a un rival que, lejos de administrar su ventaja, siguió en el golpe por golpe.
El 5-4 era un gran negocio y parecía sellado con ocho minutos para el final, pero vinieron las pifias de Hernández que le permitieron al Carabobo voltear la tortilla, sin merecerlo tanto.
Resultado agridulce. Pero lo importante para el Lara es que sigue vivo.
