«La felicidad es aquel equilibrio que se logra cuando estamos en armonía con nosotros mismos. Muchos están insatisfechos porque llevan una vida demasiado conflictiva». Dean Karnazes, el corredor más famoso del mundo (50 maratones en 50 días y en 50 estados diferentes).
Diez consejos, todos útiles, usados en dosis «homeopática»; suficiente con poner en práctica tres o cuatro para vivir mejor.
Menos luchas. Renunciar a una parte del sueldo. Escoger una competitividad menos fuerte. Y disfrutar el tiempo ganado para elevar el propio nivel cultural y la manualidades.
La meta debe ser el goce. Proyectar la propia vida, fijando tres metas al día. Por lo menos uno debe preocuparse por el mundo de la diversión: por ejemplo, proponerse de ir al cine pese a los compromisos.
Quince minutos libres. Regalarse un cuarto de hora al día para pensar que se desea hacer en el tiempo libre y organizarlo: un entretenimiento nocturno, un fin de semana fuera de la casa, el viaje de vacaciones.
Dios y la familia primero. Establecer sus compromisos principales y buscar respetarlos. Por ejemplo, regalarle tiempo a los demás, partiendo de Dios, los hijos y la pareja, los animales domésticos, etc: no deben terminar en el último puesto.
Más endorfinas. Reservar media hora para el deporte diario. Las investigaciones han demostrado que el ejercicio físico produce endorfinas que son un óptimo antidepresivo.
La buena banalidad. Persistir en las pequeñas joyas de la vida, inspirándose en alguno de los tantos escritos sobre el tema, como Las Cartas a Lucilio de Séneca.
Ayudar y donar. Dar una mano a los otros, ser útil, hacer el bien,regalar: donar, sostienen los estudiosos, da más satisfacción al donador que al que recibe.
Risa abundante. En la televisión o al cine, escoger programas y películas que diviertan: reírse al menos quince minutos al día tiene efectos beneficiosos para el corazón, el hígado y los pulmones.
Más relaciones. Invertir tiempo y energía en las relaciones sociales. Una buena estrategia es tener un calendario de las cenas y de los fines de semana en compañía de los amigos.
Irse lejos. Se llama separación geográfica. Es la necesidad de alejarse del lugar de trabajo y donde se vive, una vez a la semana. Para desconectarse y permanecer en paz total.
Un clásico ejemplo de downshifting: cambio de vida, frenada, busco mis dimensiones dándome nuevas reglas. Como ha hecho Rodolfo Fracassi, que a los 36 años, ex gerente de Goldman Sachs que renunció a una remuneración de seis cifras para pedalear en la Patagonia en primer lugar y luego fundar una sociedad (MainStreet Partners) che financia proyectos de desarrollo en el tercer mundo. » He empleado tantos años para preguntarme qué cosa quiero de la vida» explica. «ahora no pasa un día sin que lo haga. Dejar todo? Es útil a quien no lo logra, por falta de tiempo,para reflexionar. La pausa puede durar un mes o un año, pero sirve: inicié con una idea embrionaria, en el viaje se convirtió en un proyecto».
«He dejado un trabajo de perito informático para trabajar la tierra. Ahora tengo tiempo para manejar mis pasiones y las relaciones humanas con mi ritmo» es la historia de Davis Bonanni, autor del libro La Oveja Negra, que ha hecho enfurecer a los usuarios de Internet escribiendo que para vivir feliz solo se necesitan 200 euros al mes.
Definitivamente, el obstáculo a superar es el stress: cómo encontrar el contacto con nosotros mismos, sitiados como estamos de e-mails y llamadas telefónicas
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