“Bendición mamá, nos vemos en la noche”, fueron las palabras que Fabio Alberto Godoy Goyo, de 19 años de edad, le dijo a su progenitora al salir de su casa en la urbanización La Ceiba II en Quíbor municipio Jiménez.
Fueron sus últimas palabras, pues el joven fue asesinado poco tiempo después en un transporte colectivo que tomó en Las Breñas con destino a Barquisimeto.
Fabio era estudiante de Ingeniería Electrónica en la Universidad Politécnica Experimental Politécnica Antonio José de Sucre (Unexpo) pero desde niño también era aficionado a las artes.
Tocaba el cuatro, la guitarra y el bajo, sus inicios fueron en una academia de música en Quíbor pero el año pasado tomó clases más avanzadas en el Conservatorio Vicente Emilio Sojo en Barquisimeto.
Se destacó tanto que logró formar parte de la Orquesta Municipal de Jiménez, sus prácticas eran en la Casa de la Cultura del Pueblo.
“Un niño extraordinario, educado, empeñado y con valores muy arraigados” fueron las palabras que usó su tía para describir a Fabio. Relató que el sábado a las 3:00 de la tarde unos habitantes de Quíbor que se enteraron de lo ocurrido tocaron la puerta de su casa y les dijeron que el muchacho había tenido un percance en la buseta cuando un par de atracadores se subió a la unidad.
“Mucha gente lo conocía porque hacía presentaciones en el pueblo, en la Iglesia Cristiana en donde asistía, tenía muchos amigos” dijo la tía. Les dijeron que fueran al Hospital Central Antonio María Pineda en Barquisimeto, hasta entonces ellos pensaban que seguía con vida.
La mamá fue al centro de salud y describió a su hijo pero allí le indicaron que no había ingresado ningún herido con esas características.
Luego un tío llamó por teléfono a los abuelos y les dijo que le avisaran a la mamá de Fabio que fuera a la sede del Cicpc División de Homicidios, allí finalmente le confirmaron el asesinato de su único hijo.
Iba a una presentación musical
Para el momento del crimen la víctima carga un instrumento en un estuche, los familiares ayer contaron que se trataba de un cuatro. Fabio estudiaba inglés todos los sábados en Fundauc, en la avenida Libertador con 33; cursaba el séptimo nivel, le faltaban tres para culminar.
Ese sábado tenía una presentación oral en el curso en donde cantaría una canción en inglés y tocaría el cuatro. “La música era su vida” recordó su mamá, de apariencia calmada pero en sus ojos era visible el dolor que la abrumaba internamente.
El teléfono fue un regalo de su abuela
En diciembre de 2014 la abuela materna de Fabio le regaló un teléfono celular inteligente pantalla táctil. Allí guardó una colección de su música favorita y cada vez que subía al transporte público se colocaba sus audífonos pero su celular lo mantenía en el bolso.
Ese celular fue el que intentó proteger cuando los dos atracadores que en la parada del Cementerio Nuevo requisaron a los 27 pasajeros que iban en la unidad que cubre ruta directa Sanare – Quíbor – Barquisimeto.
En un primer instante él quiso pasar desapercibido pero uno de los antisociales que cargaba un arma de fuego de fabricación rudimentaria le insistió para que entregara el celular, cuando abrió el cierre para sacarlo, el sujeto le cercenó la vida.