El fenómeno económico de la concentración del sistema bancario es un tema que se ha venido analizando al menos desde hace más de cincuenta años en todas las economías del mundo.
En los ahora llamados países emergentes esta característica ha sido más evidente precisamente por el tamaño de sus economías. Esto no quiere decir en los países más grandes del planeta no exista el problema, pero esta distorsión bancaria es mucho más perjudicial en los países subdesarrollados.
Pudiera señalarse que en el caso de nuestro país la necesidad de crear un banco surgió en los días de la Gran Colombia. Durante la Colonia resultaba prácticamente imposible que existiesen bancos comerciales.
Las transacciones mercantiles de entonces se hacían a través de las grandes compañías extranjeras establecidas en nuestro país, tales como la Compañía Guipuzcoana, la Compañía France-sa y la Compañía Holandesa, entre otras.
Debido a problemas fundamentalmente políticos cualquier proyecto de crear un banco no cristalizaba en virtud de la guerra independentista.
En 1825 se nombró por primera vez la palabra “banco” en nuestro país, toda vez que el congreso de la Gran Colombia decretó el establecimiento en la ciudad de Caracas de un banco que se denominó Banco de Venezuela, que nunca llegó a funcionar por falta de circulación monetaria en esa época.
A partir de 1839 se establece en el país una serie de bancos (Banco Colonial, Banco Británico, Banco Nacional de Venezuela y Banco Holandés Unido), pero antes de 1850 todos ellos tuvieron que cerrar sus puertas, pues el Gobierno de turno obligaba a los banqueros, so pena de prisión, a otorgarle dinero al Fisco Nacional cada vez que lo solicitaba.
Y en virtud de las constantes quiebras bancarias producto de las interferencias gubernamentales surgieron dos nuevos bancos (el Banco de Maracaibo, en 1882, y el Banco Comercial de Caracas, en 1883), independientes de todo contacto oficial, pues una cláusula en sus estatutos les prohibía expresamente transacciones con el gobierno.
Este hecho señala el comienzo de la historia bancaria del país y si me lo permiten los lectores el inicio de la concentración bancaria venezolana, pues siempre han existido un número exiguo de instituciones financieras y en la mayoría de los casos, un banco líder.
Así, por ejemplo, en la década de los ’60 y ’70 los bancos Nacional de Descuento y el de Venezuela concentraba más de la mitad del total de los depósitos bancarios y ejercían un liderazgo prominente en este sistema.
A finales de los ’70 y principios de los ’80, el Banco Mercantil, el Banco Unión, el Banco de Venezuela, el Banco Provincial, el Banco Latino, el Banco Consolidado y un banco propiedad del estado, el Banco de los Trabajadores de Venezuela, ejercían un liderazgo incuestionable y una concentración superior al 60% del total de las captaciones bancarias.
Este panorama se repitió prácticamente la década de los ’90, con el inédito agravante de que en 1994 explotó la crisis bancaria más importante del país, que llevó al cierre de muchos bancos cuyas Juntas Directivas causaron estragos en estas Instituciones y en el público que les depositó su confianza y su dinero, producto de una conducta antiética y fraudulenta que ocasionó una crisis sistémica nunca antes vista en la historia bancaria de nuestro país.
A pesar de la intensa intervención del estado que nos costó un 15% del Producto Interno Bruto y una reingeniería financiera nada fácil de estructurar, años más tarde en el 2002, el grado de concentración seguía prácticamente inalterable, a saber: los tres bancos más grandes (Mercantil, Banesco y Provincial) que representaban tan solo 6% del número de instituciones bancarias, concentraban 46% de los depósitos totales del sistema bancario y a su vez, los veintiséis bancos más pequeños que representaban 52% del número de instituciones, apenas concentraban 1.7% del total de las captaciones.
Pudiera inferirse que a pesar de un nuevo gobierno con una incipiente ideología muy distinta y distante a los anteriores y con una nueva Constitución, el sistema bancario siguió siendo el más privilegiado y el que más beneficios obtenía de cualquier sector de la economía.
Para el año 2011 los mismos tres bancos que lideraban en el año 2002, concentraban esta vez 37.83%, como consecuencia de algunas decisiones que había tomado el Gobierno Nacional, a fin de intentar disminuir este índice de captaciones, que por cierto lo estableció en un máximo de 16% del total de los depósitos por institución bancaria y por el hecho importante de haber adquirido el Banco de Venezuela entre los años 2008 y 2009, obligando a desviar la mayoría de los depósitos oficiales a la referida institución .
Como consecuencia fundamental de esta decisión en los últimos años el banco en cuestión ha venido escalando puestos en el sistema bancario al punto que hoy en día es el instituto que mayores captaciones recibe y para julio de este año existen cuatro bancos (Venezuela, Banesco, Provincial y Mercantil) que concentran 60% del total de los depósitos bancarios que a esa fecha rondaban los 3 billones de bolívares, según información de la Superintendencia de Bancos, cifra nunca antes alcanzada y que refleja un exceso de liquidez frente a una disminución de la producción, lo que ha generado una tasa de inflación anualizada superior al 150%, la más elevada del mundo .
