Los griegos votan este domingo en las terceras elecciones nacionales de este año, con la tarea de decidir en quien depositan su confianza para guiar al país tras lograr su tercer rescate internacional.
Syriza, el partido de izquierdas del ex primer ministro Alexis Tsipras, quien se comprometió a poner en marcha nuevas medidas de austeridad a cambio de miles de millones de euros en préstamos, tiene una ligera ventaja sobre su rival de centro-derecha Nueva Democracia según las encuentras previas a la jornada electoral.
Pero las encuestas, que muestran que muchos de los 9,9 millones de votantes seguían indecisos a dos días de las elecciones o podrían abstenerse, indicaron que el ganador podría no tener votos suficientes para gobernar en solitario.
La participación parecía baja a primera hora del domingo, un día con temperaturas cálidas de verano que podrían animar a los griegos, cansados de las votaciones, a decantarse por pasar el día de playa en lugar de en un colegio electoral.
Tsipras, de 41 años, provocó la convocatoria de elecciones al dimitir cuando había cumplido apenas siete meses de su mandato de cuatro años, acosado por una rebelión interna en su partido luego de un giro radical en su política que le llevó a aceptar los recortes en el gasto y subidas de impuestos exigidos por el rescate. Tsipras ganó los comicios de enero con la promesa se abolir estas medidas vinculadas a los dos primeros rescates al país.
Pero sin esas ayudas internacionales, Grecia — que desde 2010 depende de los préstamos internacionales para subsistir — se enfrentaba a la quiebra y a una potencialmente desastrosa salida de la moneda única europea.
El peligro de verse forzados a abandonar el euro — y posiblemente incluso la propia Unión Europea — está presente en la cabeza de muchos votantes a la hora de depositar sus papeletas.
«Mis condiciones son que sigamos en Europa y nada más, porque bajo ninguna circunstancia podemos salir», dijo la jubilada Elektra Kadydou mientras votaba en un centro electoral de Atenas.
La campaña electoral ha tenido un perfil bajo, muy alejada de la enérgica campaña de enero que enfrentó a un Tsipras contrario al rescate con los partidos de centro que sostenían que el acuerdo con otros países de la eurozona era la mejor opción de Atenas para una posible vuelta a la normalidad económica de un país asolado por la recesión y con una tasa de desempleo próxima al 25%.
Ahora, las políticas que deberá seguir quienquiera que gane los comicios están fijadas por el acuerdo de rescate, y los contrarios a la ayuda internacional se reducen al partido de inspiración nazi Amanecer Dorado y a la nueva Unidad Popular, formada el mes pasado por legisladores descontentos de Syriza bajo el mando del ex ministro de Energía Panagiotis Lafazanis.
La campaña del principal rival de Tsipras, el candidato de Nueva Democracia Vangelis Meimarakis, de 61 años, se ha centrado en la vuelta a la estabilidad. Describe al ex primer ministro como un político imprudente y sin experiencia que llevó al país hacia una potencial catástrofe e impuso estrictas restricciones bancarias en un intento por frenar la fuga de capitales.
La de Syriza, por su parte, se focalizó en eliminar la clase política tradicional y a menudo corrupta del pasado.
Los centros de votación cierran a las 19.00 horas (1600 GMT) y los resultados finales se esperan para la madrugada del lunes.
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