Dos antisociales aprovecharon que una unidad de transporte público se detuvo en la avenida Florencio Jiménez, frente al Cementerio Nuevo, y se subieron para cometer un atraco.
Inicialmente el chofer pensó que eran pasajeros y como la buseta cubre la ruta directa desde Sanare hasta el Terminal de Barquisimeto, sin parada, les dijo “no señores esto no es un ruta, bájense”. Pero las intenciones de los hombres que aparentaban 40 y 35 años respectivamente eran otras.
El más joven de ellos estaba armado con una pistola de fabricación rudimentaria y le indicó al chofer que se callara usando expresiones grotescas y amenazas de muerte.
El transportista recuerda que comenzó a temblar y los delincuentes le indicaron que continuara manejando suave mientras ellos pasaban puesto por puesto para “requisar” a los pasajeros.
En la unidad iban 29 usuarios, el colector y el conductor. Todos entregaron el dinero y los celulares, excepto Fabio Alberto Godoy Goyo, de 19 años de edad, quien traía su celular en un bolso y durante la primera revisión de los ladrones, no lo entregó.
A la altura del mercado Las Pulgas, uno de los malhechores le dijo al conductor “párate aquí” se bajó y huyó pero el pistolero prefirió quedarse. Fijó su mirada en Fabio, quien iba sentando en la tercera fila del lado derecho, con un bolso y su guitarra en mano.
¿Seguro que no cargas celular? le dijo el antisocial inconforme y justo en el momento en que el joven abría el cierre del bolso para entregar el teléfono, el criminal le disparó en el rostro.
La detonación estremeció a los tripulantes de la unidad y a los peatones que estaban en las adyacencias del mercado que presenciaron cuando el antisocial se bajó corriendo. El arma se le cayó dentro de la buseta pero no le importó y se fue.
Según el testimonio del colector quien omitió su identidad, el joven no se resistió al robo pero el criminal se enervó al ver que abrió el bolso, “quizás pensó que sacaría un arma” dijo bastante afectado por lo sucedido.
El colector relató que los 26 pasajeros restantes se bajaron corriendo de la unidad, varios dejaron bolsas y otras pertenencias en los asientos.
Quienes estaban en las adyacencias de Las Pulgas le gritaban al chofer para que lo llevara a un centro de salud “Está vivo, está vivo” pero del área frontal de su cara brotaban coágulos de sangre y a simple vista parecía muerto.
El transportista encaminó la unidad hacia el Comando Zonal 12 de la Guardia Nacional Bolivariana, antiguo Core 4, en la esquina se detuvo, se bajó y se desplomó a llorar.
Mientras tanto el colector pidió auxilio a los militares pero no había nada por hacer.
El joven, quien se subió a la buseta en las Breñas, Quíbor y se dirigía a tomar clases de música en una escuela de Barquisimeto, fue víctima de la violencia alarmante en las calles de la ciudad.
Transportista traumado
“Esto es muy fuerte de verdad, primera vez que unos malandros se montaban a robar en la unidad” dijo el conductor y propietario de la buseta Iveco afiliada a la Sociedad Civil de Transportistas de Andrés Eloy Blanco.
Aunque tiene 10 años trabajando como chofer, apenas hace un año que cubre la ruta desde la plaza de Sanare hasta el Terminal de Barquisimeto.
La única parada en donde sube a otros pasajeros es en la de Quíbor, en el camino conduce a puertas cerradas. Casualmente la víctima fue el último pasajero que subió a la unidad.
En Preca bajó a un pasajero y en la antigua pasarela del Cementerio Nuevo a otra, justo antes de que se subieran los atracadores.
El conductor estaba muy afectado, se le aguaron los ojos al recordar el hecho, el segundo traumático que pasa en su vida.
El primero ocurrió en mayo del 2014, cuando presenció el accidente que uno de sus compañeros tuvo en la vía Barquisimeto – Yaritagua, en donde fallecieron 7 personas, igualmente durante un atraco.