El Deportivo Lara dispone de una plantilla con promedio de edad muy bajo, en la que los defensores Henri Pernía y Carlos Rivero, de 24 años, aparecen como los más “experimentados”. Pero, lejos de amilanarse, se crece en los momentos decisivos, señal de que, pese a la juventud de muchos de sus jugadores, es un equipo con jerarquía, como lo ha demostrado con su paso en la Copa Venezuela.
El conjunto dirigido por Rafael Dudamel, sin ser uno de los favoritos, está instalado en las semifinales del certamen copero y sueña con llevarse el título, lo que, además, le daría la clasificación a la Sudamericana del próximo año. ¿Tiene material para ganar el certamen? Con resultados ha dicho que sí, pero además su desempeño en las dos fase previas ha sido propio de un conjunto diseñado para grandes cosas.
No es elevar la vara a un elenco que pareciera estar todavía en construcción, sino que es hablar sobre la base de resultados. Tucanes y Carabobo, a falta de la definición de la serie La Guaira-Caracas, son los otros clubes inscritos en la ronda de los cuatro mejores, pero ninguno parece estar un escalón por encima del rojinegro.
El conjunto de Dudamel ya había dado un golpe importante en octavos de final con una remontada de antología frente a Trujillanos FC, subcampeón de la edición pasada. había perdido en casa por 2-1, pero en condición de visitante, sacando lo mejor de su fútbol y apoyado en su contundencia en ataque, ganó 3-2 para avanzar a la siguiente instancia y dejar en el camino a un rival bravo, acostumbrado a jugar en situaciones límite durante su paso por el certamen copero.
En la llave reciente, antes de sellar su avance a la semifinal, también vivió momentos de apuro, pero, de nuevo, sacó a relucir su jerarquía. Tras ganar el desafío de ida por 1-0 con diana de Jesús Hernández, se presentó –el miércoles por la noche- al Metropolitano de Mérida para enfrentar a un Estudiantes de Mérida muy peligroso, que anunciaba un ataque desmedido desde el pitazo inicial, en el propósito de voltear la historia. Y por momentos hizo temblar a los larenses.
Un penalti, en una cancha mojada por el fuerte aguacero, castigado de manera perfecta por Over García, al minuto 26, le dio al académico la ventaja parcial en el encuentro 1-0 y la igualdad (1-1) en la eliminatoria, con lo que, para el momento se ponía de nuevo en carrera.
En su casa, con el campo en condiciones que le favorecían, y mejor en lo psicológico, Estudiantes parecía tener todo a su favor en la tarea de inclinar la balanza a su favor, pero el rojinegro, con esa categoría y temple que le caracteriza, no se desarmó ni perdió la brújula cuando recibió el tanto, sino que recompuso su planteamiento para entrar con firmeza al complemento y le dio vuelta al partido, en otra remontada importante, con tantos de Jacobo Kouffati, tras recoger un rebote de una pena máxima que había fallado, y Darwin Gómez, lo que le envió directo a semifinales y extender el buen momento por el cual atraviesa.
Se le cruzará en el camino Carabobo, con el que hay una deuda pendiente por la eliminación en panales en la campaña pasada cuando se discutía el pase a la Sudamericana, y luce como el momento apropiado para cobrarla.