¡Ay Licenciada es que yo no tengo tiempo de hacer ejercicio! Cuando los pacientes vienen a la consulta nutricional, los animamos a acompañar el plan de alimentación con ejercicio físico regular, pero como le cuesta algunos adherirse a una rutina de ejercicio constante. Esta frase la escucho con frecuencia. Sin embargo, están más que documentados todos los beneficios del ejercicio físico constante, no solo a nivel corporal o estético, sino también a nivel emocional y mental. Por eso, para que ya no tengas más excusas, te doy estos tips, que te ayudarán a iniciar de forma segura una rutina de entrenamiento, de la cual ¡no te vas a arrepentir!
-Aumenta el ritmo, busca actividades que hagan que tu corazón y piernas trabajen fuerte, como caminar, trotar, nadar, bicicleta, trabajar en el jardín, etc. Busca lo que se adapte mejor a ti, a tu estilo de vida y posibilidades.
-Haz que dure, busca por lo menos, 30 min diarios de ejercicio, un mínimo de 5 días a la semana, o 3 sesiones de 10 min por día. Si puedes aguantar más de 30 min, muchísimo mejor, verás resultados más rápido.
-Hazlo con frecuencia, busca estar activo la mayor parte de la semana. Incluso cuando estás trabajando en la casa, puedes optar por caminar más y sentarte menos, es decir, estar menos sedentario, esto también ayuda.
-La intensidad también es importante, ejercitarse en una intensidad baja a moderada es seguro para la mayoría de las personas, pero si te gusta más fuerte, ¡hazlo!
-Incluye en tu rutina levantamientos de pesas o ejercicios de resistencia. Estos te ayudarán a aumentar tu masa muscular, y acelerar tu metabolismo. Escoge pesas que te permitan hacer de 15 a 20 repeticiones y que trabajen los principales grupos musculares.
No olvides los estiramientos antes y después de ejercitarte, además de ayudar a evitar lesiones, mejoran tu balance y flexibilidad. Recuerda, que no hay un ejercicio mejor que otro, busca algo que te guste, que no te aburra, y simplemente ¡hazlo, no lo pienses más! Tu salud te lo agradecerá.
Autor: Lic. Rogledys López