El suministro de carne, de res y de pollo, aunque ha experimentado alguna mejoría, no es lo suficiente como para satisfacer las exigencias de los consumidores que continúan “montando vigilias” para conseguirla.
Al menos eso es lo que se puede constatar en los mercados municipales de Barquisimeto en los que últimamente se ha podido observar algo del producto en las exhibiciones.
“Nos está llegando algo de pollo, aunque chiquitos, pero tenemos algo que venderle a la gente”, manifestó Venancio Peña, un expendedor del mercado municipal de La Carucieña.
En efecto, los pollos beneficiados que tenía en el refrigerador eran de poco tamaño, aunque así se los llevaba la gente por el interés de disfrutar de los platos a base de ese tipo de carne.
“Es que los pollos grandes que se producen en las granjas de Pavia o Bobare se los llevan para otras ciudades, aparentemente porque se los pagan mejor”, afirmó otro comerciante en el lugar.
Realmente ya se ha hecho cotidiano el ver camiones cargados de aves vivas en la carretera Lara-Zulia, con destino a Maracaibo, donde son beneficiados y comercializados.
“Se llevan los pollos grandes para otras partes y nos dejan a los larenses las palomitas, porque no hay autoridad que se los impida”, agregó un cliente que esperaba ser atendido.
Para Peña, el producto que han recibido últimamente es de importación, concretamente de Brasil, aunque los encargados de su distribución tienen preferencia por los expendios particulares donde es más fácil conseguirlo, y lo mismo ocurre con la carne de res.
Según una ama de casa, el problema es que en esos establecimientos no se cumple con la regulación de la Superintendencia de Precios Justos pues cada uno vende a como mejor le parezca.
Mientras en unos negocios expenden el pollo entero a 350 o 380 bolívares, en otros lo hacen a 420, 430 o hasta 480 bolívares, además de que en algunos solamente lo venden por partes porque les producen mayores beneficios económicos.
Los comerciantes de los mercados municipales esperan les tomen más en cuenta al momento de asignar las cuotas de los importados y no como ocurre actualmente que se da preferencia a los grandes expendedores o comercios oficiales, quienes se quedan con la mayor parte de las importaciones, dejando sólo el producto de menor calidad para ellos.